Después de once años, el piloto de combate, Fox Mcloud, y su equipo de mercenarios regresan a una consola casera con Star Fox Zero y, tras una larga pausa como ésta, se crean expectativas importantes. Uno podría pensar que si Nintendo creyó que era tiempo de traer la saga de regreso justo ahora es porque tenía grandes cosas en mente ¿no? Lamentablemente, esas ideas no resultaron tan fabulosas como muchos esperábamos.
La primera cosa que noté de Star Fox Zero es todo lo que toma prestado de Star Fox 64, juego que es considerado el pináculo de la serie. De hecho, la mayoría del título se juega de forma idéntica al clásico de la vieja escuela, con los escenarios saltando de estar en el espacio a llevarse a cabo en tierra y en modo All-Range para permitir más libertad al jugador en los niveles. En este enfoque no tengo ningún problema, ya que es el formato en que Fox y su equipo destacan claramente.
Sin embargo, hay un punto en donde Star Fox Zero se convierte menos en un homenaje y más en un recalentado de sus predecesores. La historia es exactamente la misma que vimos en las entregas de SNES y N64, en la que se nos cuenta las anécdotas del papá de Fox y su equipo para vencer a Andross y cómo es que este enemigo resurgió para volver a traer desorden a la galaxia.
Pero eso no es todo, ya que las frases que dicen los personajes están tomadas directamente de Star Fox 64, las cuales fueron emblemáticas en aquella época pero que, en esta ocasión, no se sienten de esa forma. Al mismo tiempo, los personajes extra de algunas misiones también son exactamente los mismos, pero tampoco olvidemos los “nuevos” planetas y sectores que en realidad son los mismos de toda la vida, sólo que con otro nombre.
De nuevo, emular a Star Fox 64 no es una mala idea, sobre todo porque Star Fox Adventures demostró que el combate con vehículos era el camino a seguir. Pero ¿acaso Nintendo estaba tan carente de ideas que sólo rehicieron Star Fox 64 sin llamarlo Star Fox 64 Remastered? Hubiera preferido esto último (a pesar de que ya existe una versión HD para el 3DS) para que mis expectativas no fueran engañadas, en lugar de pensar que se trataba de un Star Fox completamente nuevo. Lamentablemente no fue así, y simplemente nos dieron lo mismo de siempre.
Pero bueno, no todo está perdido, ya que sí existen nuevos elementos aquí y allá, sobre todo las habilidades que permiten el GamePad del Wii U. Mientras que la pantalla de tu televisor luce como un Star Fox normal, la del GamePad te da una vista en primera persona de la cabina, como si fueran los ojos de Fox.
Esto se hizo para contar con mecánicas más precisas para apuntar, pero lamentablemente el giroscopio del control no ayuda mucho. Creo que tuve que presionar el botón para recalibrar la retícula de apuntado tanto como el gatillo para disparar el láser de mi nave.
Desafortunadamente, este problema se vuelve más grave y aparente con los jefes. La frustración en tratar de recentrar la mira mientras un enorme acorazado me disparaba ráfagas de láseres gigantes fue suficiente para poner el GamePad a un lado, pararme unos momentos y respirar profundo para calmarme. Y por supuesto, si un juego te obliga a hacer eso, es porque algo está haciendo muy mal.
Los nuevos vehículos en el arsenal de Fox caen justo en la misma línea que las nuevas mecánicas del control: son una buena idea en teoría, pero resultan ser bastante frustrantes en la práctica. La transformación a Walker para el Arwing es un concepto interesante, pero lamentablemente la transición de una nave espacial a un bípedo no se siente tan bien en el control. Para que me entiendan mejor cómo se siente al manejarlo, les pongo el ejemplo de un pato que ha comido demasiado pan en el lago, el cual siempre camina hacia adelante y que sufre para girar rápidamente.
Por su parte, el Landmaster vuelve a ser el vehículo más fresco que podemos usar, ya que se mejoró aún más su capacidad de transformarse en un Snowspeeder de Star Wars para obtener un vuelo limitado, pero no cabe duda que el vehículo más inútil de todos es el GyroWing, un aerodeslizador lento y laborioso que convierte a un juego de mucha acción en un débil intento de sigilo.
La misión con el GyroWing requiere que esquives todos los faros seguidores al mismo tiempo que despliegas un pequeño robot en diferentes zonas para desactivar un campo de fuerza. Es un interesante intento de cambiar el ritmo del juego, pero seamos sinceros ¿qué tiene que ver el sigilo en un juego de Star Fox, en donde el objetivo siempre ha sido hacer estallar todo a tu alrededor y realizar unas magníficas piruetas en el aire?
Sé que hago sonar todo esto como una afrenta a los videojuegos, pero estos nuevos elementos que nos ofrece Nintendo hacen más daño a la experiencia central en lugar de mejorarla. Eso sí, cuando Star Fox Zero mantiene el formato clásico y se centra en el combate aéreo, es increíblemente divertido.
Las batallas espaciales contra Star Wolf y otros enemigos son maravillosas, a pesar de tener que estar recalibrando la mira todo el tiempo y al igual que en Star Fox 64, hay muchos secretos por descubrir y medallas por obtener lo cual te motiva a querer volverlo a jugar una vez que lo has terminado.
Algo que también me gustó del juego, es que es hermoso a la vista. Algunos escenarios lucen fantásticos, al punto de que puedes llegar a perder vidas completas por tan sólo estar admirando tu entorno y todo lo que hay a tu alrededor. De hecho fue justo eso lo que me pasó en la primera misión en Corneria.
Hay muchas cosas por disfrutar en Star Fox Zero, pero esas ideas tienen su origen en juegos anteriores y las nuevas características merman la experiencia en general. Añadir nuevos vehículos no debería de hacerme querer esperar lo menos posible por volver a jugar con el Arwing tradicional. Querer mejorar la vista en primera persona en una pantalla por separado no debería de hacer el juego algo más difícil de llevar debido al problema de la recalibración constante.
Star Fox Zero es un juego que debió quedarse con las mecánicas clásicas de la serie, pero en su lugar se tambalea bajo el peso de cosas nuevas que Nintendo creyó que necesitaba. Quizás la próxima vez, Star Fox, quizás la próxima vez.