En 2011, id Software, legendaria desarrolladora responsable de sagas como Doom, Quake y Wolfenstein, lanzó Rage, título creado bajo la idea de entregar altas dosis de acción en primera persona, en un contexto postapocalíptico inspirado en Mad Max, Fallout y Borderlands.
En razón de innovación y gameplay, el producto final no cumplió con las expectativas y el futuro de Rage, como franquicia emergente, estaba en duda. Tuvieron que pasar ocho para que nos llegara una secuela, Rage 2, bajo la promesa de ser todo lo que el primer juego no fue.
Situado casi 30 años después del título original, Rage 2 inicia con el resurgimiento de la Autoridad y su afán de construir un mundo perfecto basado en la pureza humana.
Tras el ataque de la Autoridad a su asentamiento, será labor del protagonista cruzar las tierras baldías y detener la campaña de conquista.
A diferencia del primer Rage, el desarrollo de esta secuela corrió a cargo de id Software y Avalanche Studios, está última desarrolladora detrás de la franquicia Just Cause y del videojuego basado en Mad Max lanzado en 2015.
Rage 2 es un título más agresivo que su predecesor. El juego orilla a adoptar un rol más ofensivo en el cumplimiento de cada objetivo, y desde el inicio se abren varias posibilidades en el mapa, gracias a las misiones que ofrecen las tres facciones principales, encaminadas a un sistema de progresión definido por puntos a canjear dentro de un extenso árbol de habilidades.
Pero es justo el sistema de progresión el mayor defecto del juego.
Al principio se antojan variadas las misiones que Rage 2 ofrece bajo su lógica de mundo abierto, pero bastan un par de horas de juego para darse cuenta de que en realidad su modelo es monótono, tedioso y aburrido, basado en capturar asentamientos, destruir torres de vigilancia, extraer minerales de meteoritos y completar ciertos eventos de carrera, ad nauseam.
Rage 2 brilla hasta el momento en que se obtienen todas las habilidades, pero para ello es necesario repetir el monótono proceso a lo largo de todas las arcas esparcidas en el mapa.
Esto quiere decir que los jugadores que gustan de desviarse de la campaña para enfocarse en misiones secundarias, verán que el sistema de progresión frustra cualquier intento de perderse libremente en el mundo, y que en realidad lo mejor es buscar cada una de las arcas para tener una mejor experiencia.
Por otro lado está el sistema a bordo de vehículos -que abarca desde travesía y carreras, hasta ataques grupales-, pues es una calca del que Avalanche Studios desarrolló para Mad Max.
No es una comparación gratuita, pues Rage 2 se siente más como una revisión de Mad Max -con absolutamente todas sus fallas- que como una secuela del primer Rage.
Los apartados gráfico y sonoro, así como los momentos en que las habilidades adquiridas hacen del juego un desfile violento de acción, son las cartas fuertes de Rage 2, un título que, al final, refleja que las propuestas de mundo abierto necesitan tener presente cierto criterio, pues de nada sirve meter un sinnúmero de misiones si estas son repetitivas y no contagian una sensación de progreso.
Del primer Rage se podrá decir lo que sea, pero por lo menos no se sentía como una calca de los aspectos más débiles de otros títulos de mundo abierto.
Rage 2
Calificación: 6.0/10
Año: 2019
Versión analizada: PS4
También disponible: Xbox One y PC
Desarrollador: Avalanche Software / id Software
Publisher: Bethesda Softworks