El CES es una feria para el consumidor final de electrónica, el cual ha tenido mucho éxito en los últimos años, quizá porque de pronto lo digital empezó a ser importante y más pronto que tarde, la tecnología analógica empezó a dejarse a un lado para concentrarse en todo lo que tenía que ver con ceros y unos.
Esto, evidentemente, tiene sus grandes ventajas: es más fácil manipular señales digitales que analógicas y tan lo es que la mayoría de la post-producción de video se hace con programas que manipulan los segmentos de video de manera no lineal y discreta.
La gran aceptación de la lógica digital, que se incorporó en las primeras computadoras, ha hecho que la electrónica se haga además más popular, que use chips cada vez más eficientes y pequeños y que estos incluso sean programables. Hoy en día tenemos computadoras en chips (los microcontroladores), como el Arduino o el Pic y son incluso programables con lenguajes de alto nivel.
A esto hay que añadir los desarrollos en video, los cuales trajeron nuevas televisiones de alta definición y ahora incluso con tecnologías 4K y 8K. Pero ya con la alta definición surgieron pantallas que podían transmitir imágenes 3D siempre y cuando se usaran unos lentes especiales para poder dar el efecto estereoscópico. E inclusive, en uno de los pasados CES, el tema principal fueron las televisiones 3D, las cuales parecían tener un gran futuro pero algo pasó y esta tecnología se vino abajo.
Desde LG hasta Panasonic, es decir, prácticamente todos los fabricantes de televisiones querían su versión 3D. Incluso había ya un formato, el Blu-ray 3D, para ello. Se gastaron cantidades significativas de anuncios apoyando al nueva tecnología 3D. En la Gran Bretaña la empresa Sony puso televisiones 3D en bares, donde se pasaban partidos de fútbol con esta tecnología. Parecía pues que la mesa estaba servida para dar un gran brinco de la televisión normal a la tridimensional pero de pronto todo este circo se colapsó.
Parte de la problemática es que los contenidos genuinamente 3D (y no conversiones de 2D a 3D) eran costosos de generar. El Blu-ray 3D tuvo para colmo una acogida modesta. Incluso las soluciones 3D usando tarjetas NVIDIA para la PC fallaron estrepitosamente. Todo de pronto falló. ¿Por qué?
Pudiese ser que había muy pocas películas 3D o bien, que la necesidad de usar lentes para ver contenidos 3D fuesen una molestia en general que el consumidor simplemente no aceptó. Finalmente la verdadera tridimensionalidad debería ser, al menos en teoría, como el ver nuestra realidad cotidiana. Pero además, los lentes 3D generaban imágenes que sí, daban toda la apariencia tridimensional pero si lo pensamos, implicaba a los usuarios el que sus respectivos cerebros hiciesen la labor de convertir lo que cada uno de sus ojos veía para hacer la imagen tridimensional y eso a la larga daba dolores de cabeza. Así, una película 3D de más de una hora no resultaba muy conveniente para pasar el rato.
El punto ahora es que en este CES se verán probablemente algunos visores de realidad virtual, los cuales desde luego, presentarán imágenes tridimensionales. Hoy se habla de los HoloLens de Microsoft así como tecnologías similares de otros fabricantes como Samsung, por ejemplo. Y las aplicaciones se ven sorprendentemente buenas pero… ¿no pasará lo mismo que pasó con las televisiones 3D? ¿No será como los lentes de Google, que prometían ser la quintaesencia de los gadgets y que francamente ya se han olvidado?
¿Qué tecnologías se mantendrán, crecerán y se instalarán finalmente en el gusto del consumidor? No lo sabemos. Lo que es claro es que ninguna tecnología es garantía de éxito, a pesar de la cantidad de millones de dólares que se inviertan en la misma. Hay que estar muy atentos y no comprar en el primer impulso porque podría pasar que en un tiempo relativamente corto alguna nueva tecnología para el consumidor fuese desechada o perdiese su inicial popularidad.
La electrónica digital hace maravillas, pero no es infalible y no todos sus productos sobreviven en el gusto de la gente. Hay pues una recomendación: irse con tiento, con cuidado, con pies de plomo, porque ninguna tecnología está exenta de poder fracasar. Y el estar atentos a esto puede ahorrarnos dinero. Tómelo en cuenta.
Referencias: Slashdot