Hoy en día la computadora casera se ha casado maravillosamente bien con el ajedrez. Los programas que pueden jugar son estupendos y literalmente no hay quien les gane. Hace unos pocos años se hacían competencias hombres vs máquinas. Hoy en día ya no tiene sentido. El nivel de perfeccionamiento y de cálculo de los programas como Komodo o Rybka, sobrepasan por mucho las posibilidades humanas en competencias ajedrecísticas oficiales. De hecho, los científicos que iniciaron los primeros esfuerzos para hacer máquinas que jugaran al ajedrez, mostraban sus avances y los grandes maestros iban a ver esas competencias con curiosidad y algo de morbo. Sonreían sobre lo mal que estas computadoras jugaban. Uno de esos científicos sin embargo dijo: «hoy se ríen de nosotros, mañana nos van a venir a consultar». Y la verdad que así ha sido.
Pero aparte de programas de ajedrez, hay una serie de herramientas que nos permiten estudiar ajedrez, ver las partidas más ilustrativas de todos los tiempos, poner a la computadora a analizar las jugadas humanas y observar en donde hasta los grandes exponentes del tablero, los campeones mundiales, se equivocan. De hecho, el GM John Nunn, de Inglaterra, en una ocasión puso a analizar todas las partidas de un famoso torneo jugado en 1938. Se sorprendió de ver la cantidad de errores que la computadora detectó.
Hoy tenemos algunos programas comerciales: Chessbase, Chess Assistant, Chess Explorer, que son manejadores de partidas, es decir, permiten llevar una colección de partida de ajedrez. Existen también colecciones de encuentros ajerecísticos y las bases de datos más actualizadas llegan ya a unos 6 millones de partidas, aglutinando prácticamente toda la historia del ajedrez oficial. Ahí están registrados todos los torneos importantes, partida por partida, así como todos los encuentros jugados por Fischer, Kasparov, Karpov, Petrosian, Spassky, Geller, Keres, etcétera.
Pero estos programas comerciales tienen un costo, que va más o menos entre 150 y 500 dólares, dependiendo de qué tantas opciones queramos o si además, queremos la base de datos de todas las partidas, etcétera. Y para muchos ajedrecistas esto es mucho dinero para gastarlo en software. Por ello, por suerte, tenemos manejadores de partidas gratuitos, con código fuente accesible, es decir, son de código abierto. Aquí ya hemos hablado de «José» (presumiblemente en honor a José Raúl Capablanca, excampeón mundial) pero ahora hallé «The Tarrasch Chess Gui», que evidentemente quiere hacer honor a Tarrasch, uno de los maestros de la vieja guardia más importantes de principios del siglo pasado.
Tarrasch es de código abierto y se puede con este programa:
- Jugar una partida contra un motor de ajedrez, con cualquier color, empezando desde cualquier posición, dando handicap en los tiempos para pensar, si se desea.
- Poner una posición arbitraria (que sea legal, desde luego), y pedirle al motor de ajedrez que analice esa posición. Se puede ver el análisis del motor de ajedrez y jugar para confirmar lo que el programa dice.
- Crear archivos PGN (portable game notation), que son archivos de texto con un formato para poder registrar una partida de ajedrez (o muchas).
- Se pueden poner comentarios, añadir variantes, poner símbolos ajedrecísticos que denotan buenas jugadas, malas jugadas, errores de bulto, jugadas de dudosa apreciación, etcétera.
Tarrasch GUI es un simpático programa que hace muy bien la tarea. Si usted no quiere gastar dinero invirtiendo en un manejador de partidas profesional (y costoso), hay herramientas quizás menos poderosas, pero para todos los fines prácticos, literalmente idénticamente poderosas que las comerciales.
Referencias: