Lamentablemente, la consola de la generación pasada de Microsoft no fue mencionada ni por equivocación, lo que naturalmente representa un paso más hacia el olvido del viejo 360 y uno adelante para la absoluta dedicación al Xbox One.
Juegos. Sólo se mostraron juegos. Y, además, casi todos, saldrán este año. Desde el principio de la conferencia de Xbox en el marco del E3 2014, Phil Spencer, la nueva cabeza de la marca de videojuegos de Microsoft, dejó claro que en 2014 la actitud de la consola está inclinada completamente a los juegos.
Por supuesto, esta postura práctica también dejo un hueco en la conferencia que debió ser llenado, nada más por diplomacia: no se mencionó en ningún momento la nueva forma de comercializar el Xbox One, es decir, sin Kinect, ni se mencionó la reducción de precio de la consola ni el costo del Kinect por separado.
Seguramente nos enteraremos de esos detalles durante estos días, pero este temprano tropiezo (o acierto, aún no sabemos) del Xbox One no fue ni insinuado.
Entonces, ¿los juegos? Puros juegos. Lo primero que destacó entre muchos fueron los gráficos impresionantes. A diferencia de la primera oleada de títulos para la nueva generación, ahora los desarrolladores ya no tienen que pensar en la difícil transición tecnológica y así enfocarse enteramente en las herramientas exclusivas para Xbox One.
Títulos como Call of Duty: Advanced Warfare, Forza Horizon 2, Evolve o Assassin’s Creed Unity muestran un aspecto gráfico realista y, por supuesto, como nunca antes se había visto, con humo de explosiones que casi se puede respirar y ornamentos innecesarios en el ambiente, pero que sin duda ayudan para que sea el gancho principal para el comprador inexperto.
Juegos como Dragon Age: inquisition, The Witcher 3: Wild Hunt o Fable Legends ofrecerán gráficos menos detallados, pero en cambio tendrán aventuras profundas para uno o varios jugadores.
Asimismo se presentaron juegos como Sunset Overdrive y una actualización para Dead Rising 3 llamada Dead Rising Super Ultra Dead Rising 3′ Arcade Remix Hyper Edition EX Alpha Plus; el primero, con un sistema de personalización del protagonista al gusto, en un mundo semiabierto donde, según lo mostrado, se podrán despedazar a cientos de monstruos y zombis entre explosiones y situaciones caricaturescas.
Y el segundo es una combinación del juego ya conocido, con un tono cómico y mezclando elementos de varios títulos de Capcom. El mensaje de ambos juegos es: no todo es serio, también podemos divertirnos.
Por otro lado, se notó la ausencia de juegos hechos específicamente para Kinect, siendo sólo Fantasia: Music Evolved y Dance Central Spotlight, ambos de la compañía Harmonix, los únicos en aprovechar el que es ahora un accesorio opcional de Xbox One.
También se mostraron juegos como Inside, Ori and the Blind Forest, Mighty No. 9 y una veintena más de títulos de desarrolladores independientes; juegos sencillos de jugar (o con un mecanismo de gameplay excéntrico), con gráficos fuera de lo común (como Cuphead), y, por supuesto, a muy buen precio.
Hubo juegos de franquicias famosas que no necesitaban presentación, como Rise of the Tomb Raider; otras franquicias resucitadas, como Crackdown y Phantom Dust, u otros títulos nuevos que tienen éxito garantizado, como Tom Clancy’s The Division, así como las que tienen un futuro incierto, como Project Spark (que en esta ocasión mostró sus plantillas espaciales para crear juegos desde cero y un tema especial con Conker, de Conker’s Bad Fur Day), y Scalebound.
Pero, definitivamente, el juego más fuerte de la conferencia matutina fue Halo: The Master Chief Collection, un compendio que incluirá los cuatro juegos principales de la serie, con el primero y el segundo en la versión Anniversary (que implica un retoque gráfico para hacerlos lucir actuales); pero este paquete, además, incluirá la serie para televisión Halo: Nightfall y la versión beta del modo multiplayer de Halo 5: Guardians.
Con más de 90 minutos de ver sólo avances de juegos, Microsoft dejó claro el rumbo de Xbox One, por lo menos para este año. Sin embargo, fue evidente la falta de títulos fuertes hechos en casa y la dependencia de desarrolladores externos.