En la primera parte de este artículo hablé un poco sobre mi investigación con respecto al machismo en el mundo del gaming. Lo que leen ahora, que es la segunda parte, trata sobre la homofobia y la inclusión queer en los videojuegos.
Esto es sólo una pequeña parte representativa de la investigación, pero espero que sirva para ampliar la información que se ha publicado en español sobre el tema.
Fer Yepiz, estudiante y diseñadora LGBT, explicó que ha notado que cada vez se toma más en cuenta a las mujeres en la industria, y Densho, por ejemplo, opina que en realidad ya no hay homofobia en el mundo del gaming. Él cree que los insultos homofóbicos más bien aparecen para insultar a un rival por costumbre, pero no con la intención de ofender a la comunidad LGBT.
De los homofóbicos con los que se ha encontrado comenta lo siguiente: “Sí he encontrado videojugadores homofóbicos, pero me he dado cuenta de que, en lugar de expresar sus ideas al respecto, las contienen y prefieren no manifestarlas. Este tipo de personas son menos sociables, se encierran más, juegan juegos para un sólo jugador.” Krashk, que es un jugador LGBT, opina que la homofobia ya no es común en muchas comunidades gamer. Así que en general, queda claro que cada vez hay más apertura y equidad en el gaming, al igual que en la realidad física.
La experiencia de Krashk es muy interesante en cuanto a la aceptación LGBT, pues de hecho él explicó que no ha sufrido discriminación homofóbica, todo lo contrario. Él empezó a jugar títulos deportivos y de carreras con sus primos, y cada que jugaba con ellos, debía probar lo “hombre” que era al vencerlos en FIFA.
El problema surge justo a partir de juegos como este, que se definen –o al menos antes lo hacían– como “juegos para hombres”. Aún así, Krashk entró al online gaming en la forma de los MMORPG como RuneScape y curiosamente, ahí encontró una comunidad que aceptaba a todos, y de todo. “La comunidad de RuneScape, para mi bien, era una comunidad muy abierta y amistosa. Si te sentias perdido en una quest, bastaba con estar en la plaza principal y ponerte a poner en el chat público – HELP PLEASE; I CAN’T KILL THE ORC – y en menos de 5 minutos tenías a 5 jugadores veteranos regalándote items y apoyandote con la quest.
Las primeras personas EVER con las que hablé realmente de mis problemas, (problemas de un niño de 10 – 12 años) fue con un grupo de desconocidos que me ayudaron a conseguir mi armadura de mitrhil. Todos mayores, pero sorprendentemente todos en extremo supportive y sorprendentemente para su tiempo, la plataforma de RuneScape, los programadores era MUYY incluyentes. No era raro encontrar quests con premios sutiles, pero apelativos. Para mi fue una maravilla encontrar las rainbow boots.” A partir de ahí Krashk jugó de todo, y ahora pertenece a la comunidad de League of Legends.
¿Entonces qué sucede con los insultos homofóbicos? Si bien hay algunos jugadores ofensivos y excluyentes, en realidad la mayoría no están buscando ofender a la comunidad queer, lo que buscan es simplemente ofender en el momento, y esos insultos son los que les vienen a la mente. Como regla general, la mayor parte de las comunidades de gamers hardcore son respetuosas o al menos tolerantes de las diferentes sexualidades. Es sólo en ciertos nichos específicos donde ser LGBT está mal visto; y curiosamente, suelen ser esos mismos nichos los que discriminan con más ferocidad a las mujeres gamer.
La verdadera deficiencia en cuanto a inclusión LGBT está en la producción y desarrollo de videojuegos en sí. Entre títulos es raro encontrar personajes queer, y protagonistas, aún más inusual. Sobra decir que hay excepciones, como sucede con los juegos de las desarrolladoras BioWare y Bethesda; esto resulta muy interesante si notamos que estas dos son justo de las que también son incluyentes con las mujeres. Juegos como Mass Effect y Dragon Age tienen montones de personajes LGBT, y el protagonista siempre tiene la opción de serlo. Dragon Age: Inquisition, el último juego de la serie, hasta tiene a un personaje trans llamado Krem. Naughty Dog es otro buen ejemplo de inclusión, pues Ellie, la protagonista de The Last of Us, es gay (y eso no es relevante para la historia). Bethesda, por otra parte, se encarga de ofrecerle al jugador montones de opciones para desarrollar a un protagonista queer. Otras desarrolladoras ya comenzaron a avanzar sobre lo que han establecido estas dos: Ubisoft, con su personaje trans en Assassin’s Creed Syndicate, es un gran ejemplo.
Cada vez es menor la discriminación, y para mi sorpresa, el mundo gamer no es tan homofóbico como podría parecer. Aún así, la homofobia sí es tóxica para la industria y los usuarios, por lo que debe hacerse un esfuerzo mucho mayor para erradicarla.
Como conclusión, la homofobia se muestra de formas más sutiles y el machismo se nota muy claramente. El camino hacia la inclusión ya está pavimentado, ahora sólo falta cruzarlo.