Las computadoras de 8 bits, como la Apple II, no están muertas. De hecho tienen un enorme grupo de fanáticos que siguen usándolas todos los días. Suena extraño si consideramos que estas maquinitas están tremendamente limitadas, en comparación con las actuales, pero aún así, hay quien busca sacarle jugo a un equipo que en su momento fue el «estado del arte», como dicen los vecinos del norte.
Javier Rivera es un apasionado de la marca Apple. Lo conozco hace muchos años y siempre ha tenido predilección por esta marca. Por mucho tiempo ha sido lector de Unocero y hemos tenido interesantes y aguerridas discusiones al respecto en torno a esta compañía, ya sea por el nuevo iPhone o el iPad Pro o su «stylus inteligente», etcétera.
Javier fue a la Kansasfest 2016, un evento dedicado a las computadoras de 8 bits, del pasado, en particular la Apple. He aquí su reporte, el cual me mandó hace un par de días:
Kansasfest: una semana regresando a los inicios de Apple
Por Javier Rivera
La semana pasada en la cuidad de Kansas, estado de Missouri en los Estados Unidos, se llevó a cabo el festival de Apple II: Kansasfest, una convención anual que se ha celebrado durante los últimos 28 años.
En ediciones recientes la concurrencia ha crecido, muchos motivados por la nostalgia de las computadoras que marcaron su infancia. La gente camina por los pasillos cargando grandes y amarillentas Apple II, periféricos, monitores y tarjetas de todo tipo.
El propósito de la convención, aparte de compartir el amor por las primeras computadoras personales creadas por Steve Wozniak y Steve Jobs, es el presentar creaciones caseras, modificaciones e innovaciones para la plataforma.
Pero la parte más emocionante y más esperada, es el famoso «Garage Giveaway» (donación de garage) en donde uno de los entrañables y queridos organizadores del evento, Sean Fahey, dona una gran cantidad de computadoras y periféricos que ha reunido durante años obtenidos de distintos coleccionistas y entusiastas.
En los últimos años, la antigua plataforma ha recibido mayor atención de los entusiastas, debido a que estas primeras computadoras no parecen ser afectadas por la llamada «obsolescencia programada» que sufren los equipos modernos. Una de las bondades de estas computadoras es que están construidas como tanques, las partes resisten maltratos y cuando fallan, son fáciles de reemplazar. Uno de los asistentes presentó una Apple II que encontró enterrada en un jardín, solo sobresaliendo una esquina. Después de limpiarla arduamente, funcionó sin problemas.
El festival se lleva a cabo durante cinco días en las instalaciones de la Universidad de Rockhurst. El ambiente es confortable, de gran camaradería y los participantes se transforman en universitarios por unos días.
Generalmente las puertas siempre están abiertas para que los participantes compartan actividades programando, conversando o trabajando en algún experimento para presentar o ayudar a algún colega.
En las presentaciones se pueden encontrar «hacks» o modificaciones a todo tipo de electrónicos, desde emuladores de disco flexible en memorias SD, conversiones de fuentes de poder a nuevas tecnologías, adaptaciones de CRT (tubo de rayos católicos, los viejos monitores de vidrio) a LCD, adaptaciones para conectar estos sistemas al internet, y mucho más.
También hay muchas novedades e innovaciones en programación. Esto es porque estos sistemas fueron creados específicamente para ser programados con facilidad por el mismo Steve Wozniak.
Nuevos juegos, variantes de programación e innovadores usos son presentados por usuarios que participan en festivales de programación. Se forman pequeños grupos que se ayudan y cooperan para crear aplicaciones graciosas o funcionales, intercambian historias, impresiones y se ayudan mutuamente en cualquier problema.
La concurrencia no sólo es local: visitantes de Japón, Francia, Suiza, Australia y Canadá viajan específicamente para participar. Es muy común ver cómo empacan grandes cajas con computadoras que viajarán miles de kilómetros a un nuevo hogar.
Las personas que acuden por primera vez generalmente vuelven al siguiente año gracias al entusiasmo, ambiente y buena organización. Cabe mencionar que la pasión por la Apple II une a este grupo diverso de participantes sin importar raza, religión, sexualidad o afiliación política.
Finalmente, es admirable cómo una tecnología del pasado une individuos en el presente para mejorar el futuro de la plataforma.