Confinamiento y distanciamiento social fueron aspectos que marcaron 2020, un año en el que la pandemia de COVID-19 impactó sin clemencia a múltiples industrias, como la cinematográfica y la restaurantera.
“Quédate en casa” fue la indicación de las autoridades y acto seguido los hogares se convirtieron, a la distancia, en oficinas, instituciones educativas y centros recreativos. La pandemia llegó en un momento en que la conexión a Internet es ya común y por ello hubo facilidades para seguir el encierro sin perder la cabeza y una de ellas fueron los videojuegos.
Podría pasar horas relatando cuántos títulos he jugado y terminado desde marzo de 2020 hasta la fecha. Horas interminables destinadas a mundos virtuales, personajes entrañables, sesiones multiplayer online y experiencias que oscilaron entre lo frenético y lo contemplativo.
Desde DOOM Eternal, el primer título que llegó a mis manos decretado el encierro, hasta los juegos de lanzamiento de PlayStation 5. Meses traducidos en juegos. Desde luego eso es desde una perspectiva personal, pero al observar el comportamiento mundial y la derrama económica, queda claro que los videojuegos fueron para muchos los mejores aliados.
La industria del videojuego fue una de las que se benefició del encierro. Tiene lógica: la vía de escape que ofrecen a través de la virtualidad es perfecta para dejar que los días fluyan sin que se sientan como un período interminable.
El crecimiento de los videojuegos fue acelerado en 2020 y aunque por el momento no se cuenta con las estadísticas finales, desde mayo Newzoo proyectó que al final de ese año los 2,700 millones de jugadores que hay en el mundo habrán dejado ganancias por 159,300 millones de dólares.
La firma también observó que el juego móvil fue el que más creció con motivo de la pandemia, pues del lado de los usuarios tiene la barrera de entrada más baja, mientras que para los desarrolladores implica procesos de desarrollo menos complejos.
A reserva de las estadísticas oficiales, la estimación es que al final 2020 contó con 2,600 millones de jugadores móviles, de los cuales el 38% pagó por juegos.
El auge del gaming, móvil o en nuevas consolas, seguirá más allá de 2020 y de la tracción que esta industria ganó con la pandemia, y el punto de inflexión para la industria se ubicará en 2023, según cifras de NewZoo.
En dicho año se espera que la industria del videojuego sobrepase la marca de los 200,000 millones de dólares, como valor total del negocio mientras que para 2025, Statista dice que el crecimiento acelerado de los videojuegos móviles se traducirá en una derrama económica mundial de 11,350 millones de dólares.