Ratchet & Clank es una saga que a lo largo de sus casi 20 años de existencia se ha movido en atención a las inquietudes de la industria del videojuego. Por ejemplo, el primer juego de 2002, desde su perspectiva platformer-shooter, tenía un sabor similar al de sagas que originalmente vimos en PlayStation como Spyro y Jak and Daxter, mientras que entregas posteriores como Ratchet: Deadlocked de 2005 abrazaron un enfoque más de acción, consecuencia de un mercado que se fue inclinando hacia los shooters.
Luego de múltiples secuelas, una adaptación fílmica animada y hasta una reimaginación del primer juego, Ratchet y Clank están de vuelta en Ratchet & Clank: Rift Apart, un nuevo título que, una vez más en atención a las inquietudes del momento, hace gala del poder de PlayStation 5, plataforma de la que es exclusivo, con la intención de demostrar de qué es capaz un juego que solo puede ser experimentado a través de esta consola.
Ubicado después de la reimaginación de 2016, Ratchet & Clank: Rift Apart inicia en el marco de una celebración en honor a los héroes, evento en el que Clank le regala a Ratchet como muestra de agradecimiento el Dimensionador reparado, dispositivo que le permitirá viajar a través de dimensiones para encontrar a su familia, los Lombax.
Justo en el momento en que Clank está entregando el aparato, el Dr. Nefarious irrumpe y después de una persecusión y su respectivo conflicto, el Dimensionador llega a un estado crítico y causa alteraciones entre dimensiones, haciendo que Nefarious sea el Emperador y que Clank quede separado de Ratchet, lo que a su vez hace que conozca a otra Lombax llamada Rivet, y será labor de héroes viejos y nuevos detener la amenaza transdimensional del malévolo doctor.
Ratchet & Clank: Rift Apart tiene encima el enorme peso de ser el nuevo juego de Insomniac Games, los mismos que en 2018 y 2020 se ganaron el aplauso de crítica y público con Marvel’s Spider-Man y Marvel’s Spider-Man: Miles Morales, dos títulos que dejaron la vara alta dentro de una franquicia en la que pensábamos que ya lo habíamos visto todo.
Similar a lo que ocurrió con el juego del arácnido en 2018, Insomniac está consciente de que no está descubriendo ningún hilo negro con Ratchet & Clank: Rift Apart, pues más allá de que la franquicia que ella misma creó se está acercando a sus primeras dos décadas, las propuestas platformer-shooter con tintes cómicos se antojan más en línea con lo que se solía ver en PlayStation 2 durante la primera parte de los dosmiles que a lo que se estila en esta época.
Sin embargo, la calidad de novedad se respalda en la creatividad del estudio para pulir lo que ya está visto y de hacerlo atractivo para todas las audiencias.
Si con Spider-Man el estudio ofreció una trama que celebró todo el mythos del arácnido y optimizó aquello que Activision hizo durante años cuando estuvo al frente de esos juegos, con Ratchet & Clank: Rift Apart su enfoque es invitar a viejos seguidores y a usuarios que jamás han tenido contacto con la franquicia, a partir de mecánicas familiares y fáciles de comprender y de un poder tecnológico que a todas luces está diseñado para vender más unidades PlayStation 5.
Estamos hablando de un juego que simplemente no puede existir en PlayStation 4, pues su premisa y dinámicas centrales versan en la posibilidad de transitar entre planos dimensionales al instante, lo que es posible gracias al poder de la SSD de la consola.
Al igual que la mayoría de sus predecesores, Ratchet & Clank: Rift Apart se desarrolla en un universo en deuda con Star Wars, en el que hay distintos planetas y razas, y en en el que el camino del héroe está claramente delimitado, todo bajo un enfoque humorístico afín al de series animadas dirigidas a un público joven. La propuesta es una mezcla de platformer y shooter en tercera persona, con algunos elementos de resolución de puzzles y conforme los usuarios progresen en la aventura, podrán comprar nuevas armas y mejorar aquellas que ya tienen en su arsenal.
Para comprar es importante hacerse de recursos y por ello es necesario liquidar enemigos y romper cuanto contenedor se atraviese en el camino, mientras que las mejoras se obtienen destinando unidades de Raritanium a las casillas dentro del árbol de optimizaciones de cada arma.
Como es costumbre en la franquicia, las armas son ingeniosas y cada vez más exageradas, y se explotan en mecánicas de disparos completas en las que hay doble salto, dash, strafe y iron sight, lo que en consecuencia deja secuencias de acción que son un deleite para los sentidos, en razón de los elementos en pantalla y del frenetismo bajo el que se rigen.
Para hacer gala de la tecnología de DualSense, los gatillos adaptativos impactan en los modos de disparo de las armas y hacen distinción entre presionar a la mitad o hasta el fondo.
Pero donde más luce la tecnología de PlayStation 5 es en el apartado visual y en la carga instantánea de portales inter o transdimensionales y ahí es donde radica el principal atractivo del juego.
Partiendo de que el Dimensionador afectó todos los planos y dejó abiertos portales de distinto tipo, los jugadores tienen a su disposición una nueva mecánica en la forma del Rift Tether, dispositivo con el que pueden apuntar a los portales que tengan en la cercanía y jalarse hacia ellos para acortar la distancia al instante, con lo que se abren posibilidades de gameplay que lo mismo impactan en el combate que en la navegación a través de los distintos mapas.
Es una dinámica que además se complementa con nuevas posibilidades de movimiento, como correr en las paredes, para aumentar la sensación de fluidez y ritmo constante por la que está apostando Insomniac.
Pero este cruce entre portales alcanza su punto más impresionante cuando se habla de momentos en los que el diseño del nivel o de la batalla en turno hace que los héroes hagan un salto transdimensional al instante, una característica con la que es imposible no quedar boquiabiertos por la impresión de lo que sucede en pantalla en tiempo real.
Por ejemplo, hay duelos en los que en medio de la repartición de balas se abre un portal transdimensional que jala a protagonista y adversario a un plano completamente distinto en el que se sigue desarrollando la pelea, con lo que el usuario apenas tiene tiempo para recuperar el aliento por lo poderoso de los visuales y la concientización de que la batalla continúa sin que hubiese tiempo de carga de por medio.
U otro ejemplo que podemos citar es el de ciertos mundos en los que es necesario transitar entre sus diferentes versiones dimensionales para seguir avanzando y sortear obstáculos, todo con una sencilla activación de interruptores con la que frente a nuestros ojos el mundo cambia por completo y la acción sigue su curso, sin que importe si se está en un pasaje sin ningún peligro o si se está en medio de un deslizamiento de riel con amenazas constantes.
Es imperativo insistir en las aplicaciones de los tiempos de carga instantáneos gracias a la SSD, pues es una característica que se receta una y otra vez cuando se habla de las consolas de esta generación; sin embargo, por lo regular se ejemplifica señalando que con ella el arranque de un juego requiere escasos segundos, o que la transición entre múltiples títulos es al instante, pero esta es la primera vez en la que la vemos siendo no solo un selling point de una plataforma, sino la propuesta sobre la que versa todo un juego AAA.
Nos queda claro que no toda la librería de esta generación puede ser como Ratchet & Clank: Rift Apart y que el juego mismo corre el riesgo de ser solo la tech demo por excelencia para mostrar lo que es capaz de hacer PlayStation 5, pero ahí es donde entra en juego la visión y ambición de otros desarrolladores para explotar el potencial de la consola, quienes esperemos vean en este título un punto de inspiración que se traduzca en todo tipo de iniciativas.
Mención aparte requieren las aplicaciones de DualSense, que quizá no sean tan puntuales como en Returnal, en donde hasta la lluvia ligera se siente en el control, pero que aquí se implementan en la funcionalidad de las armas a través de los adaptativos, y aumentan gracias a los hápticos el sentido de impacto y emoción que contagian los de por sí estupendos intercambos de tiros llenos de color, partículas y, como ya lo dijimos, multitud de elementos en pantalla.
Hablando del apartado técnico, y aunque parezca que gran parte de este review se fundamentó en él, es necesario abordar por separado la calidad visual, pues es testimonio de la fidelidad que pueden alcanzar los juegos de primera generación de PlayStation 5, notable en modelos y texturas y en la implementación de ray tracing.
Hay secuencias en las que el juego prácticamente luce como una película CGI que podemos controlar y en varios momentos incluso se ve mucho mejor que la adaptación fílmica que llegó a cines en 2016, todo en razón de la complejidad de los modelos y del comportamiento dinámico de la luz, que hace que las superficies tengan reflejos y sombras en tiempo real y que la iluminación acentúe la paleta de colores, en un juego en el que hay especial énfasis en los tonos rosados y morados producto de la premisa transdimensional.
Por lo que hace a banda sonora y diseño de audio, también tenemos que resaltar el gran esmero que puso Insomniac a su creación.
Empecemos diciendo que la banda sonora corrió a cargo de Mark Mothersbaugh, no solo el líder de la legendaria banda new wave DEVO, sino también el compositor de filmes como Rushmore, 21 Jump Street y su secuela y The LEGO Movie, y todo un veterano componiendo la música de juegos de PlayStation, pues es el responsable de la bandas sonoras de las trilogías originales Crash Bandicoot y Jak and Daxter.
Las composiciones en este título son de escala cinematográfica y no necesariamente apegadas a un perfil cómico, lo cual ayuda a aumentar el sentido épico que implica una premisa de viajes dimensionales.
Y el diseño de audio, similar a lo que ocurrió con Returnal, es una experiencia que recomendamos vivir con un buen sistema de sonido o con un buen headset para apreciar las múltiples capas de sonido que se pueden percibir en un solo momento.
Nosotros jugamos con un sistema envolvente Logitech Z906 y con los audífonos Pulse 3D de PlayStation 5 y podemos afirmar que al audio tridimensional bajo el que fue diseñado el juego será un deleite para quienes buscan experiencias sonoras de perfil cinematográfico sci-fi.
Desde luego el juego no está desprovisto de aspectos negativos y dentro de ellos podemos citar cierto dejo de repetición, a pesar de la variedad de planetas y de la premisa dimensional, así como algunos errores que, queremos pensar, serán resueltos una vez que el juego salga al mercado, como aquellos que se presentaron en una sección en la que los adversarios se quedaron atorados.
Ratchet & Clank: Rift Apart es ese juego que tanto hacía falta para demostrar el potencial de PlayStation 5. Si bien Demon’s Souls y Returnal se allegaron de tiempos de carga nulos y alta fidelidad visual, es este el título que deja de usar las características de PS5 como mero gimmick y las convierte en propuesta y mecánica.
Es un título que abraza a los viejos fans de Ratchet & Clank y que invita a nuevos adeptos a ser testigos de las nuevas inquietudes que caracterizan a la actual generación de consolas. Y es una muestra de que, en propuestas AAA con grandes presupuestos, el poder de la imaginación es el único límite cuando se desarrolla para consolas como PlayStation 5.