El Nintendo 64 fue una consola de contrastes. Por una parte nos ofreció varios títulos que redefinieron para siempre la industria, pero a cambio sus usuarios tuvieron que conformarse con una escasa biblioteca de juegos.
A lo largo de su vida la consola contó con varios aditamentos que modificaban en distintos grados la experiencia de juego.
Uno de ellos fue el Transfer Pak, un accesorio que se conectaba en la parte trasera del control para compartir datos entre plataformas de Nintendo.
La idea era que los usuarios tuvieran experiencias integrales que no se limitaran a una sola consola, de manera que lo que hicieran en una pudiera verse reflejado en otra, o que por lo menos se desbloquearan ciertas características que resultaran de esta complementación.
El ejemplo que mejor sirve para explicar cómo funcionaba el Transfer Pak es Pokémon Stadium, el juego que de hecho se vendía con el accesorio incluido.
Pokémon Stadium fue un juego centrado en batallas Pokémon y la verdadera razón de su existencia era ofrecerle a los jugadores de Pokémon en Game Boy la posibilidad de ver a sus criaturas pelear con todo el poder gráfico del Nintendo 64.
Para ello era necesario que insertaran sus cartuchos de Game Boy -en los que previamente tenían campañas guardadas y Pokémon entrenados- en el Transfer Pak y que luego metieran éste en la parte trasera del control de la consola.
Con ello, Pokémon Stadium detectaba los Pokémon que los usuarios tenían en sus cartuchos y los mostraba en pantalla en versiones tridimensionales.
No todos los juegos compatibles con el Transfer Pak se complementaban de esta manera.
En la mayoría de los casos, conectar las versiones de Nintendo 64 y Game Boy de un mismo juego a través de este accesorio solo arrojaba el desbloqueo de características especiales en la versión de la consola de 64 bits.