En otras décadas, la afirmación de que los videojuegos no servían para nada era una constante entre padres de familia, instituciones educativas y autoridades gubernamentales, y aunque en la actualidad la industria del videojuego presume una aceptación más generalizada, hay dudas que no dejan de estar en el aire.
La utilidad de los videojuegos, o puesto en términos prácticos, para qué sirven los videojuegos, es una de ellas.

Los videojuegos sirven para distintos fines. Empecemos con que son expresiones tecnológicas, artísticas y de entretenimiento que son abordadas por prensa especializada, es decir, son la materia prima de periodistas que previamente estudiaron una carrera universitaria, generalmente Comunicación. Dicho de otro modo, desde esta perspectiva sirven para tener trabajo.
Abordándolos desde el punto de vista competitivo, aquellos jugadores de alto rendimiento son conocidos como atletas y se desenvuelven en la arena de los esports, es decir, los deportes electrónicos, ecosistema de competencias profesionales que cuentan con organizaciones y ligas en todo el mundo a las que solo entran los mejores.
Hay torneos de esports que presumen bolsas de millones de dólares y para muestra solo hace falta recordar que Kyle Giersdorf, “Bugha”, fue el ganador en la categoría solitario de la Fortnite World Cup 2019, y se llevó a casa el gran premio de tres millones de dólares cuando tenía 16 años. En otras palabras, desde esta perspectiva los videojuegos sirven para pulir habilidades, ser atletas, participar en torneos y ganar dinero.

Desde el punto de vista social, los videojuegos sirven para crear y fortalecer lazos a la distancia, gracias a las sesiones multiplayer en donde se dan cita usuarios de distintas latitudes que se reúnen en torno a una misma pasión.
Por otro lado, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Iowa que se aplicó a 681 voluntarios, hay juegos que ayudan a disminuir el deterioro mental, gracias a que estimulan las habilidades de proceso mental, mejorando su rapidez y calidad.
Una de las conclusiones es que un promedio de dos horas a la semana pueden ayudar a reducir en años este deterioro mental. A ello debe sumarse un estudio efectuado por la Universidad Colegio de Londres y la Queen Mary University of London que se aplicó usando los juegos Starcraft y The Sims, en donde se concluyó que los juegos son capaces de aumentar la flexibilidad cerebral.
Asimismo, está la faceta educativa de los videojuegos que quedó más expuesta cuando la pandemia de COVID-19 nos orilló a resguardarnos en casa en 2020.

Por ejemplo, las iniciativas Minecraft Education y Discovery Tour tienen como base los juegos Minecraft y Assassin’s Creed y les brindan a los usuarios la oportunidad de aprender de anatomía, ciencia e historia.
Y por último están los videojuegos como elección universitaria, pues hay distintas instituciones educativas que cuentan con programas de estudio debidamente estructurados y con validez oficial de las autoridades del rubro.
Incluso en México hay escuelas con carreras de desarrollo de videojuegos, como aquella de la que te contamos aquí.