La polémica en torno a las fallas de los Joy-Con de Nintendo Switch está escalando un nuevo peldaño, pues a las múltiples demandas que se han presentado a escala global contra la compañía ahora se suma una petición signada por la Organización Europea de Consumidores (BEUC, por sus siglas en inglés).
Después de recibir más de 25 mil quejas de distintos países, la BEUC solicitó la intervención de la Comisión Europea para investigar la obsolescencia prematura y omisiones clave en las que está incurriendo Nintendo, de conformidad con lo previsto en la Directiva sobre las prácticas comerciales desleales de la Unión Europea.
Las quejas fueron interpuestas por consumidores de Francia, Bélgica, Países Bajos, Portugal, Italia, Noruega, Eslovaquia, Eslovenia y Grecia, y la BEUC promedió en 88% los casos en los que el problema estaba relacionado con los Joy-Con dentro de los primeros dos años de uso.
“Los consumidores asumen que los productos que compran durarán una cantidad apropiada de tiempo, de acuerdo con sus expectativas justificadas, no que tendrán que pagar reparaciones caras por defectos técnicos. Nintendo debe proponer una solución apropiada para los miles de consumidores afectados por este problema”, dijo Monique Goyens, directora general de la BEUC, citada por Eurogamer.
Además de solicitar la intervención de la Comisión Europea, la organización extendió la petición a autoridades de protección del consumidor a lo largo de ese continente.
El problema de los Joy-Con radica en el drift, es decir, detectan movimiento incluso cuando no están en uso y ello ha motivado que desde 2019 personas particulares y organizaciones presenten demandas contra Nintendo.
Una de las demandas más robustas, ingresada en Seattle, anexó como elemento de prueba un peritaje microscópico hecho a los componentes internos de los Joy-Con, en el que se dictaminó que hay desgaste prematuro de materiales.
De acuerdo con The NPD, Nintendo Switch fue la consola más vendida de 2020 y se estima que repita la hazaña en 2021.