Quienes hayan sido usuarios de Nintendo 64 estarán de acuerdo con que se trató de una plataforma que tuvo juegos de leyenda -como GoldenEye 007 y The Legend of Zelda: Ocarina of Time– que redefinieron lo que se podía lograr en una consola casera.
También fue una plataforma que reflejó decisiones cuestionables por parte de Nintendo, como la adopción del formato cartucho cuando el CD-ROM tenía más capacidad.
Y fue una consola para la que hubo mucho planes que nunca se vieron ejecutados al nivel que Nintendo había previsto.
Uno de esos planes involucró al Nintendo 64DD, un periférico que usaba discos magnéticos y que se pretendía vender en Japón y en América.
Luego de múltiples retrasos, el Nintendo 64DD finalmente fue lanzado en 1999 solo en Japón y a lo largo de su corta vida solo vieron la luz 10 juegos.
Uno de ellos fue Mario Artist: Paint Studio, un juego que se vendía acompañado de un mouse oficial que era imposible conseguir por separado.
Mario Artist: Paint Studio se basó en los fundamentos del clásico de Super Nintendo Mario Paint, es decir, era un sencillo software para pintar en la vena de Microsoft Paint o Apple Works.
Pero mientras Mario Paint fue popular y constantemente se le destaca como uno de los productos más ingeniosos lanzados por la Gran N, casi nadie se enteró de que tuvo un sucesor espiritual en la forma de Mario Artist: Paint Studio.
A diferencia del mouse de Mario Paint, el diseño del Nintendo 64 Mouse estaba en línea con el de cualquier ratón de otra marca y contó con solo dos botones.
El color era el mismo del control original del Nintendo 64 y tenía impreso el logo de la consola en la parte superior.
Como dato final, el Nintendo 64DD fue descontinuado en 2001, el año en que llegó Nintendo GameCube.