Nintendo GameCube fue una consola de claroscuros, pues por una parte fue la plataforma a la que llegaron títulos como Super Smash Bros. Melee, Star Wars Rogue Squadron II: Rogue Leader, Resident Evil 4 y el remake del primer Resident Evil, y por otra fue una máquina que poco a poco mostró sus limitaciones, como aquellas que derivaron de su formato basado en miniDVD.
Aún con esos contrastes, desde luego se trata de una consola que regaló momentos inmortales y con la que Nintendo exploró tecnologías que, desde tiempo atrás, ya eran de casa, como la capacidad de jugar títulos de Game Boy a través de ella.
Justo eso es lo que permitía Game Boy Player, un periférico oficial desarrollado para que los usuarios de GameCube pudieran disfrutar títulos de Game Boy, Game Boy Color y Game Boy Advance en los televisores de sus hogares y no en las diminutas pantallas de esas consolas portátiles.
Game Boy Player debía colocarse debajo de GameCube, se conectaba por medio del puerto paralelo que estaba en la base de la consola y para funcionar requería que se ejecutara un disco de arranque.
La tecnología del periférico no era de emulación, pues sus componentes eran similares a los de Game Boy Advance, una consola portátil que en su primera faceta tenía retrocompatibilidad con juegos de Game Boy y Game Boy Color.
En otras palabras, en Game Boy Player se insertaban directamente los cartuchos de Game Boy, Game Boy Color y Game Boy Advance -para retirar estos últimos, había que presionar un botón de expulsión.
Era posible jugar en Game Boy Player con el control de GameCube o conectando un Game Boy Advance o un Game Boy Advance SP vía cable, pero para añadirle un toque retro a la experiencia la compañía Hori lanzó al mercado japonés un mando especial cuya forma era similar al de SNES, pero con la distribución de los botones del de GameCube.
Game Boy Player salió a la venta en 2003, pero no gozó de la misma popularidad que Super Game Boy, periférico que permitía jugar títulos de Game Boy a través de SNES.
Esto puede deberse a que GameCube fue una consola de ventas bajas, incluso por debajo de las de Nintendo 64 (plataforma que le antecedió), con un total de 21,740,000 unidades vendidas en todo el mundo, de acuerdo con información de Nintendo.
Pero eso no quitó que fuera una consola que recibió títulos legendarios y que permitió jugar librerías enteras de sistemas portátiles.