El Game Boy es un ícono cultural, una consola portátil que a pesar de no haber sido la primera en el rubro ni la más poderosa en su momento, sí fue la que asestó un golpe definitorio en la industria del videojuego.
Con más de 118 millones de unidades desplazadas, la familia Game Boy es hasta este día la segunda más vendida de toda la historia por lo que hace a sistemas portátiles, tan solo detrás de la familia DS, pero a pesar de esta popularidad hubo accesorios que fueron desconocidos para la mayoría de los usuarios.
Dentro de los accesorios más conocidos están el Super Game Boy, el cable Link, la Game Boy camera y la Game Boy printer, todos productos oficiales de Nintendo, y como parte de los que conservaron un perfil más bajo está el Game Boy Pocket Sonar.
Si nunca antes lo habías escuchado te entendemos, pues nunca se vendió a escala internacional.
Se trata de un accesorio desarrollado por Bandai, bajo licencia de Nintendo, que empleaba tecnología sonar para apoyar a los usuarios en actividades de pesca.
El accesorio estaba repartido en varios componentes: Un cartucho, un dispositivo sonar, un enrollador de cable y un estuche a prueba de agua.
Al cartucho, que era considerablemente más grande y ancho que uno tradicional, se le debían insertar cuatro pilas doble AA para que funcionara.
El dispositivo sonar se conectaba directamente al cartucho y se aventaba al agua, en donde permanecía flotando emitiendo señales acústicas en busca de peces.
Las lecturas de estas señales podían verse en la pantalla del Game Boy, en donde había distintos indicadores, como profundidad y rango de detección.
El estuche era para meter el Game Boy y mantenerlo a salvo del contacto con el agua.
Game Boy Pocket Sonar no se limitaba a funciones prácticas, pues también contenía una breve enciclopedia de peces y un minijuego de pesca.
Por último, el dispositivo solo funcionaba en Game Boy y Game Boy Pocket.