Lanzado a finales de septiembre, eFootball 2022 es el blanco de burlas, memes y quejas que derivaron de fallas tanto en su apartado gráfico como en aspectos de jugabilidad, situación que resulta irónica si se considera que Konami anunció con bombo y platilla la migración de motor gráfico (de Fox Engine a Unreal Engine) y un sistema realista enfocado en replicar la experiencia en la cancha.
Konami ya comunicó que está enterada de las fallas y de las quejas de la comunidad y adelantó que está trabajando en corregir los problemas a través de un parche que estará disponible en algún momento de octubre.
A pesar de los esfuerzos de Konami por contener el daño, el juego sigue recibiendo valoraciones ínfimas y ahora en Steam aparece catalogado dentro de un género al que en definitiva no pertenece: terror psicológico.
Basta con entrar al registro de eFootball 2022 para observar que dentro del apartado de “Etiquetas populares para este producto” están enlistados los rubros “Terror psicológico” y “Terror”, en adición al de “Contenido sexual”, en lo que a todas luces es un movimiento de desprestigio emprendido por una comunidad que sigue molesta con Konami ante el resultado.
Otro dato de interés en Steam es que al momento de elaborar esta nota el juego cuenta con 17,842 reseñas de usuarios, de las cuales solo el 10% son positivas. La plataforma misma tiene el apunte en letras rojas, a manera de advertencia, de que las valoraciones son “Extremadamente negativas”.
Cabe recordar que Konami no está en un buen momento por lo que hace a desarrollo de videojuegos. Fue un ícono de la industria durante décadas, pero a partir de la segunda mitad de los 2010 su presencia se redujo a una mínima expresión, mientras que sus emprendimientos con máquinas pachinko se convirtieron en uno de los ejes a seguir.
Este tropiezo con eFootball 2022 se suma a la racha de sucesos cuestionables de Konami y por el momento solo resta esperar que la compañía corrija los problemas y que en algún momento retome el papel que tenía en la industria del videojuego.