DOOM es la franquicia que propuso el modelo de first person shooter moderno, pero para volverse a colocar en el radar tuvo que pasar varios años en el limbo hasta que en 2016 resurgió con éxito a través de una entrega llamada simplemente DOOM (conocida coloquialmente como DOOM 2016) que demostró que aún había audiencia para los FPS alejados del modelo de Call of Duty.
Pero durante ese limbo -que se presentó después del lanzamiento de DOOM 3– una de las iniciativas fue hacer un juego que estuviera en sintonía con las mecánicas y presentación justamente de Call of Duty.
Fue el mismo John Carmack, cofundador de id Software y cocreador de DOOM, quien en el marco de la QuakeCon 2007 confirmó que había una nueva entrega en desarrollo -apodada DOOM 4 en el argot-, y que estaría más apegada a la acción de los primeros títulos que al horror y ritmo pausado que caracterizó a DOOM 3.
Se sabía que ese juego se desarrollaría en la Tierra (una premisa similar a la de DOOM II: Hell on Earth y que fue retomada en DOOM Eternal), pero entonces llegó una sacudida a id Software tras la salida de Carmack y el futuro de la demoníaca saga quedó en la incertidumbre.
Una investigación de Kotaku dejó al descubierto una versión de DOOM 4 previa a 2011 (año en el que el desarrollo de un nuevo DOOM volvió a comenzar desde cero) que, de acuerdo con informantes, sería cinematográfica y fuertemente guionizada, como si se tratara de un Call of Duty.
Esas afirmaciones encuentran nueva vida con el surgimiento de un video en el que se aprecian varios elementos de ese proyecto, dentro de los que sobresalen modelos de personajes y gameplay.
La influencia de la saga de Activision es más que evidente y solo tienes que reproducir el clip de abajo para constatarlo:
Tras abortar DOOM 4, id Software reinició el desarrollo de un nuevo juego y el resultado fue DOOM 2016.