Puede que los procesos de vacunación en el mundo sigan su curso, pero una realidad es que el impacto de la pandemia de COVID-19 sigue presente en las industrias, siendo el desabasto de chips y semiconductores uno de los problemas más notorios.
Una de las ironías de la industria del videojuego es que, a pesar de las cifras saludables -incluso históricas- que ha reflejado en medio de una crisis sanitaria mundial, el problema de desabasto impide que se fabriquen consolas a un ritmo normalizado, haciendo que sea una verdadera hazaña conseguir una unidad Xbox Series X o PlayStation 5.
Y todo apunta a que el ritmo de fabricación no se normalizará pronto, pues a las declaraciones previas de Nintendo y Sony relativas a que será difícil cubrir con la demanda actual de consolas, ahora se suman las declaraciones de Phil Spencer, cabeza de Xbox, concernientes a que el reto de producir unidades se extenderá hasta el próximo año y no está limitado al desabasto de chips.
En conversación con TheWrap, el ejecutivo subrayó que poner a la venta una sola unidad es parte de un proceso que requiere tiempo y en el que están involucradas distintas aristas, por lo que es difícil pensar en una normalización a corto plazo.
“Está demasiado aislado como para hablar de solo un problema de chips. Cuando pienso en ello, en todo lo que significa conseguir las piezas para fabricar una consola en la actualidad y luego mandarla a los mercados en los que está la demanda, es un proceso en el que hay múltiples puntos de encuentro. Y pienso con pesar en que, en nuestro caso, será una situación de meses y meses, definitivamente a lo largo del final de este año y metiéndose de lleno en el que sigue”, declaró Spencer.
El ejecutivo prosiguió señalando que la gente quiere las nuevas consolas, tanto de Microsoft como de otras firmas, y reiteró que llevarlas al mercado seguirá siendo un reto que tomará tiempo.
Cabe recordar que Sony señaló que la crisis de componentes restringirá llegar a la meta de 14,800,000 unidades PlayStation 5 vendidas al cierre del presente año fiscal y reconoció que el abastecimiento real no será suficiente para atender la demanda.
Asimismo, Nintendo anticipó una caída del 11.5% en ventas de Nintendo Switch, lo que sería el primer decremento de la consola en sus más de cuatro años de vida.