Cuando en 2016 id Software relanzó DOOM, muchos escépticos pensaron que, más allá del apartado gráfico y de la violencia a raudales, el juego poco podría aportar a los first person shooters, un género que se llenó de sagas que enriquecieron sus alcances y perspectivas. Después de todo, DOOM ya había sido objeto de un relanzamiento en 2004 en la forma de DOOM 3, un título que se aproximó desde un ángulo de horror con el fin de proponer y de no caer en repetición de fórmula.
Pero resultó que DOOM 2016 fue la bocanada de aire fresco que justo le urgía a los first person shooters, una mezcla de disparos old school con sistema de mejoras que se alejó de los lugares comunes de la escena FPS contemporánea, y que demostró que a veces regresar a los básicos es la mejor manera de revolucionar.
Han pasado cuatro años desde esa última vez que fuimos a Marte y al infierno, y ahora id Software trae una nueva entrega, DOOM Eternal, que llega con la expectativa del fandom de la saga disparada hasta las nubes, gracias a una buena campaña mediática, a un retraso en la fecha de lanzamiento y a la promesa de que el juego expande el mythos de DOOM, todo envuelto en una duda: ¿Será capaz de mejorar aquello propuesto por la entrega que antecede?
La respuesta es un contundente SÍ.
Tras los eventos de DOOM 2016, las fuerzas del infierno han invadido la Tierra. Estando la raza humana al borde de la aniquilación total, el DOOM Slayer observa desde su base espacial los arrasadores efectos de esta invasión.
Ahora será su labor enfrentarse a las hordas del infierno ya no en otro planeta, sino en casa, y su cruzada lo llevará por distintas locaciones de la Tierra, y a otras fuera de nuestros confines, en busca de tres sacerdotes del infierno que podrían ser la clave para detener a las fuerzas demoníacas.
DOOM Eternal parte de una premisa similar a la de DOOM II de 1994, un juego en donde el infierno también invade la Tierra, pero ese punto es desarrollado para integrarse al complejo lore que presumió DOOM 2016. En consecuencia, este es un título que desde sus primeros minutos innova todo aquello que creíamos conocer de la franquicia.
DOOM Eternal es el primer DOOM que cuenta con un hub. La base espacial, llamada The Fortress of DOOM, es un lugar en el que el usuario puede escoger qué misión de la lista quiere jugar -una vez que las haya pasado por primera vez-, pasearse, admirar los coleccionables que ha recolectado, entrenar y hasta destinar recursos para desbloquear ítems que ahí mismo están resguardados.
Una vez que el juego nos deja en medio del caos infernal en la Tierra, lo primero que llama la atención es que aquí ya no hay pistola ni botón para agacharse, pues la idea de id Software fue proveer de todo lo necesario para que las mecánicas de disparos se sintieran destructivas, rápidas, intuitivas y continuas.
De esta manera, en lugar de la pistola aquí el arma base es la escopeta, mientras que el comando para agacharse fue reemplazado por la habilidad de hacer dash en cualquier dirección, sea a pie o en el aire, lo que abre todo un abanico de posibilidades en el gameplay.
Cuando la lluvia de balas y vísceras no inunda la pantalla, DOOM Eternal nos arroja en varios momentos de platforming que requieren no solo el empleo de dash, sino también de columpiarse en tubos y escalar paredes, habilidades nuevas para el Slayer que quizá a más de uno desconcierten por sentirse ajenas a DOOM y más afines a otro tipo de títulos que hacen del parkour la mecánica principal para allegarse de ítems y proseguir.
Y si bien no puede decirse que el platforming de DOOM Eternal es un clásico en la saga, los nuevos movimientos del Slayer son unos de los platos principales durante los momentos de shooting, y dejan una sensación de FPS de id Software a la vieja usanza, pero reforzado con un enfoque que hace del pensamiento estratégico el mejor aliado.
En su presentación, las balaceras de DOOM Eternal son similares a las de los multijugadores en línea de id Quake III Arena y Quake Champions, esto es, se desarrollan en un espacio delimitado en el que hay varias maneras de moverse a pie y en el aire, y en donde hay bounce pads en el suelo y warps en las paredes que ayudan a saltar varios metros de altura y a aparecer instantáneamente en otro punto de la locación.
Hablamos de features del ambiente que se aprovechan mejor cuando se meten en la ecuación el dash y el balanceo en tubos, porque aquí, aún más que en DOOM 2016, la clave para salir con vida es nunca dejar de moverse.
La acción es cardíaca en DOOM Eternal, producto de su elevada dificultad. Todos los demonios son rápidos, no importa si se trata de un Mancubus o de un Arachnotron, y ninguno se detendrán ante barreras físicas, pues pueden escalar muros y brincar grandes distancias con tal de darle muerte al Slayer.
Es fundamental en este juego aplicar un pensamiento estratégico y no solo dejar el gatillo apretado, todo en función de qué se necesita en determinado momento, sea vida, munición o armadura. Al igual que en DOOM 2016, aquí los enemigos dejan orbs de vida cuando se les aplica un Glory Kill, y munición cuando se les despedaza con la motosierra. Para sumarse a ello, ahora también dejan armadura cuando se les incendia con un nuevo ataque.
De esta manera, será tarea de cada quien determinar cómo aprovechar estos recursos y, por ejemplo, podrá vaciar todas sus armas en un primer bloque de adversarios grandes para que cuando llegue otra ola baste con ejecutar a alguien con la motosierra para nuevamente tener munición, a la vez que incendia o liquida a otros de menor tamaño que se atraviesen en su camino para regenerar armadura y vida, siempre bajo el eje de que nunca debe dejar de moverse.
Y para amenazas grandes, hay medidas colosales. El sistema de mejoras de DOOM 2016 regresa en DOOM Eternal pero expandido. Ahora no solo se trata de mejorar el traje y las armas, pues también hay añadidos como las runas -que son una suerte de perks que incluyen hacer un Glory Kill a una mayor distancia o tener mejor del Slayer cuando está en el aire- y los Sentinel Crystals -que aumentan la cantidad de vida, armadura o munición.
Conforme se avanza en la campaña y se consiguen más cristales y runas, se mejora el traje y se modifican las armas, eventualmente se contagia la sensación de que se está controlando una fuerza imparable.
Además, cada nivel cuenta con retos adicionales más allá de juntar todos los coleccionables. Las Slayer Gates transportan a arenas de considerable dificultad en las que el objetivo es matar a todos los demonios, mientras que los Secret Encounters requieren liquidar a una cantidad determinada de adversarios dentro de un límite de tiempo. Y al ser este un juego en el que a través de hub principal se puede regresar a una misión pasada, estos retos se pueden volver a intentar una vez que se hayan mejorado las armas.
Ahí no se queda el replay value, pues dentro de los coleccionables del juego hay cheats que ofrecen posibilidades como todas las runas o munición infinita, lo que será la delicia de quienes quieran revisitar un nivel con el firme objeto de despedazar a las fuerzas del averno con las mejores armas sin que quedarse sin balas sea una preocupación.
Hablando del apartado técnico, DOOM Eternal es un juego asombroso.
Con ayuda del nuevo motor gráfico id Tech 7, el juego no solo es impresionante en el aspecto visual, sino que también le brindó a los creadores la posibilidad de presentar locaciones más extensas y variadas -a propósito del concepto de infierno en la Tierra-, a diferencia de las de DOOM 2016 que se mantuvieron bajo un modelo de pasadizos, complejos industriales y la ocasional área abierta.
Regiones nevadas, calles, edificios, oficinas y bases espaciales, son algunos ejemplos de la variada oferta de locaciones que hay en el juego. Además, DOOM Eternal es un título que luce una paleta de colores más nutrida que la de la entrega que antecede, porque si había algo que desconcertara de DOOM 2016 era cuán monocromático podía ser.
Por otro lado está el diseño de personajes, pues retoma el eje artístico de DOOM 2016 y lo combina con algunas ideas de los dos primeros DOOM, y solo basta observar las divertidas e imponentes apariencias del Cacodemon y el Arachnotron para comprobar este punto.
El diseño de audio, como siempre sucede con id Software, es inmejorable, pero mención aparte requiere la banda sonora de Mick Gordon, quien repite como compositor y entrega un soundtrack de metal electrónico y ambients punzantes, aumentado ahora con lo que él denominó “Heavy Metal Choir”, un coro compuesto por integrantes de distintas bandas y que integrado a la mezcla se ajusta a la escala épica y al lore por los que apuesta este juego.
El soundtrack de Gordon es un viaje modernizado a los 90, una década en la que justo id Software nos entregó algunos de los FPS más memorables con bandas sonoras que denotaban un particular gusto por la música industrial, fuese el soundtrack de Quake 1 musicalizado por Nine Inch Nails, el de Quake II musicalizado por Sonic Mayhem, o el de Quake 3 musicalizado por Sonic Mayhem en colaboración con Front Line Assembly.
Acerca de los aspectos negativos, el único que encontramos es que, para el frenetismo con el que se rige el juego, el DOOM Slayer se percibe ligeramente lento, como en los DOOM clásicos cuando se desactiva la opción de siempre correr, pero es una situación que se puede subsanar si se aplican constantemente el double dash y si se selecciona la runa que da un boost de velocidad después de hacer un Glory Kill.
También es necesario mencionar que no pudimos probar el multijugador Battlemode, pues al momento de elaborar este review no estaba disponible.
DOOM Eternal es una frenética, difícil y ultraviolenta experiencia que permea de estrategia el modelo de first person shooter clásico, un juego que demuestra que id Software sigue siendo monarca en el rubro, y un título que con su argumento y coleccionables apela especialmente al true fandom de DOOM. Es un fenomenal regreso al infierno y quizá uno de los mejores FPS de todos los tiempos.
Calificación: 10/10
DOOM Eternal
Año: 2020
Versión revisada: PlayStation 4
También disponible: Xbox One, PC y Stadia (próximamente en Nintendo Switch)
Desarrollador: id Software
Publisher: Bethesda