El programa AlphaGo, de la empresa DeepMind, comprada por Google hace unos dos años, venció en la segunda partida de Go contra Lee Sedol, un surcoreano campeón del mundo de la especialidad. La victoria de la máquina hace prever un resultado adverso a la raza humana, representada por el ganador de 18 veces el campeonato mundial. De ganar la tercera partida, AlphaGo se llevará el premio de un millón de dólares.

AlphaGo derrotó a Lee Sedol en la primera partida, después de 3 horas y media de juego. Sedol jugó agresivo y eventualmente se descubrió que tanto la máquina como el ser humano cometieron algunos errores en la partida. Sin embargo, AlphaGo prevaleció y se llevó el punto. Es claro que más allá del triunfo de la máquina, el experimento sobre el poder del pensamiento profundo, una técnica novedosa en las redes neuronales, está dando resultados. El Go se consideraba uno de los últimos reductos en donde las computadoras no podían vencer y se asumía que de resolverse -al menos en la pr[actica- todavía tendrían que pasar al menos otros diez años.

No obstante esto, AlphaGo ha hecho avances prodigiosos en donde los programadores han puesto a disposición miles de partidas para que el programa vaya sacando sus propias conclusiones. De hecho, han logrado un aprendizaje reforzado poniendo a AlphaGo a jugar contra sí mismo miles de partidas, para refinar su entendimiento. Para los creadores de AlphaGo, este triunfo representa un hito tan importante como el haber llegado a la Luna.

La segunda partida duró poco más de 4 horas y Sedol declaró al final de la misma que nunca se sintió en posición ventajosa frente al juego de la computadora. Aún así, espera poder remontar el marcador aunque ya no se le ve tan optimista como hace un par de semanas.

El encuentro se jugará completo, las cinco partidas, independientemente si AlphaGo gana la tercera partida y con ello el match. En cualquier caso, si la máquina gana el premio será donado a la UNICEF entre otras instituciones de beneficiencia. El encuentro finalizará el martes que viene.

Referencias:

The Guardian