El debate sobre si los repartidores de aplicaciones de comida como Uber Eats, Rappi o Didi Food aún está lejos de resolverse y, pese a que se han logrado pequeños avances, la realidad demuestra que aún queda mucho por hacer.

Y, es que a más de dos años de que el tema cobrara mayor relevancia en la agenda pública, las personas que se dedican a esta actividad económica enfrentan serias desventajas frente a las plataformas digitales y a las propias autoridades, y políticas públicas.

Paro en México de repartidores de comida a domicilio, toma nota

Los datos revelan una cruda realidad

Así lo revela un reciente reporte difundido por Oxfam, el cual indica que los repartidores de plataformas digitales continúan trabajando en condiciones precarias, pese a que esta industria no ha parado de crecer en los últimos años.

El documento titulado “Este futuro no applica” expone cómo es que este mercado y las empresas asociadas a él representan millones de dólares en ganancias anualmente, pero en contraparte, los trabajadores difícilmente perciben ingresos competitivos.

Sucede que pese a que crece el número de usuarios o consumidores, pues son alrededor de 6.8 millones de personas las que realizaron al menos una compra de alimentos y bebidas a través de aplicaciones de este tipo durante el último año, de las cuales cerca de 2 millones son de la zona metropolitana del Valle de México, de acuerdo con el INEGI.

Un mercado como este deriva en que el delivery de alimentos represente más de 2 mil 100 millones de dólares en México, según previsiones de Statista Digital Market. Sin embargo, los repartidores perciben 2,085 pesos por semana, en promedio, por debajo del salario medio en esta región del país.

La investigación que incluye encuestas y entrevistas en la CDMX para conocer las condiciones laborales de las personas que trabajan con estas plataformas digitales, también encontró que el 46 por ciento de ellas reportó haber realizado un gasto “catastrófico” por accidentes o enfermedad grave, incluido el Covid-19. 

Considerando los datos recabados por Oxfam, más de la mitad de las personas que laboran en el sector no cuentan con ingresos suficientes “para satisfacer sus necesidades básicas y las de sus dependientes”.

Ajustes insuficientes

En los últimos dos años hemos visto cómo en México y otros países el gremio se ha organizado para luchar por mejorar sus condiciones laborales. Pero, pareciera que los avances son insuficientes.

A principios de 2021, Uber dijo que invertiría 710 millones de pesos para mejorar las ganancias de conductores y repartidores, aunado a ello, el IMSS firmó un acuerdo con las plataformas para que los asociados sean inscritos en el Régimen Obligatorio de Personas Trabajadoras Independientes por el pago de una cuota diaria, incluso se aprobó en el Senado una propuesta para que todo repartidor, conductor o mensajero de aplicaciones en nuestro país, deba ser considerado trabajador formal.