¿Sabías qué Elon Musk planea usar Neuralink para poner la IA directamente en tu cerebro? En palabras generales, su empresa de desarrollo tecnológico busca ayudar a personas con parálisis cerebral y realizar este tipo de procesos quirúrgicos. Pero, ¿Cómo planea hacerlo?
Neuralink anunció en 2019 que había desarrollado «hilos» flexibles que pueden implantarse en el cerebro junto con un robot que realiza el implante. La idea detrás de esto es que estos hilos captarán señales del cerebro de un paciente paralizado y transmitirán esos datos a un iPhone o una computadora. Esto permitiría al paciente controlar estos dispositivos solo con sus pensamientos, sin necesidad de tocarlos ni escribir.
Hasta ahora, Neuralink ha llevado a cabo pruebas solo en animales. Pero en mayo, la empresa obtuvo la aprobación de la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) para realizar su primer ensayo clínico en humanos. Actualmente, está reclutando voluntarios con parálisis para estudiar si el implante les permite controlar dispositivos externos. Si esta tecnología funciona en humanos, podría mejorar significativamente la calidad de vida de millones de personas, ya que aproximadamente 5.4 millones de personas viven con parálisis solo en los Estados Unidos.
¿Qué es Neuralink y para qué sirve?
En sus propias palabras, el objetivo de Neuralink es «lograr una simbiosis con la inteligencia artificial». Es una empresa que quiere desarrollar una tecnología que permita a los humanos «fusionarse con la IA» para evitar quedarse «atrás» a medida que la IA se vuelve más avanzada. Esta visión futurista no es exactamente algo que la FDA apruebe para ensayos en humanos.
Es fundamental comprender que esta tecnología implica riesgos sustanciales. Ex empleados de Neuralink y expertos en el campo han afirmado que la empresa presionó por un enfoque altamente invasivo y potencialmente peligroso para los implantes, que pueden dañar el cerebro, para avanzar en el objetivo de Musk de fusionarse con la IA.
También existen riesgos éticos que afectan a la sociedad en general más allá de esta empresa de tecnología. Diversas compañías están desarrollando herramientas que se conectan a los cerebros humanos, lo que podría descifrar lo que ocurre en nuestras mentes y amenazar la privacidad mental y la vigilancia autoritaria.
Este temor es compartido por muchos líderes en el campo de la IA, quienes están preocupados de que podríamos crear máquinas más inteligentes que los humanos y que tengan la capacidad de engañarnos y, en última instancia, tomar el control.
En marzo, Musk y otros expertos en IA firmaron una carta abierta solicitando una pausa de seis meses en el desarrollo de sistemas de IA más avanzados que el GPT-4 de OpenAI. La carta advertía sobre los riesgos profundos que los sistemas de IA con inteligencia competitiva humana podrían plantear para la sociedad y la humanidad, preguntándose si deberíamos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización ante mentes no humanas más avanzadas.
Aunque Musk no es el único en advertir sobre el «riesgo civilizatorio» de la IA, se distingue de los demás con su plan para mitigar el riesgo. Su plan es esencialmente: si no puedes vencerlos, únete a ellos, integrando la IA en el cerebro de las personas a través de Neuralink.
¿Qué otras compañías están desarrollando IA para tu cerebro?
Dicho esto, Neuralink no es la única empresa que explora interfaces cerebro-computadora (BCC) para restaurar las capacidades físicas de las personas. Otras empresas como Synchron, Blackrock Neurotech, Paradromics y Precision Neuroscience también trabajan en este campo. Incluso el ejército de los Estados Unidos ha estado investigando tecnologías similares.
En los últimos años, ha habido un enfoque particular en el desarrollo de implantes cerebrales que permiten a personas con discapacidades mover objetos o comunicarse a través de interfaces cerebro-computadora. Mark Zuckerberg, por ejemplo, está trabajando en BCC para que puedan capturar pensamientos directamente de las neuronas y traducirlos en palabras en tiempo real. A largo plazo, la compañía espera permitir a las personas controlar teclados, gafas de realidad aumentada y otros dispositivos usando solo sus pensamientos.
Implantes para el cerebro con IA como los desarrollados por Neuralink y otros han demostrado tener éxito en permitir a personas con parálisis mover un cursor, verificar el correo electrónico, ajustar el volumen o el canal de un televisor, o incluso controlar miembros robóticos. El primer éxito notable en este campo fue en 2006 cuando Matthew Nagle, un hombre con parálisis de la médula espinal, pudo controlar un cursor de computadora y jugar Pong solo con su mente, gracias a un implante cerebral desarrollado por el consorcio de investigación BrainGate.
Aunque las tecnologías tempranas a menudo requerían cirugías cerebrales invasivas, las BCC más recientes buscan minimizar la invasión y mejorar la seguridad. Por ejemplo, la empresa Synchron utiliza tecnología basada en stents que se insertan en los vasos sanguíneos del cerebro. Estos stents se despliegan y permiten capturar señales de las neuronas. Este enfoque minimiza la invasión y evita algunos de los riesgos asociados con la perforación directa del cráneo, como la inflamación y la formación de tejido cicatricial en el cerebro.
La elección de Neuralink de un enfoque más invasivo ha generado preguntas y debates sobre los riesgos asociados con este tipo de tecnología y si es necesario o si existen alternativas más seguras y efectivas. La búsqueda de una interfaz cerebro-computadora que equilibre la eficacia con la seguridad y la ética es un tema importante en este campo en constante evolución.
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