El tremendo acceso a Internet con el que contamos en estos emocionantes tiempos, es una espada de doble filo: Por un lado tenemos más información y acceso que nunca; pero por otro, somos más vulnerables a ataques de ciberdelincuentes, expertos altamente creativos que generan nuevas formas de entrar a equipos ajenos.
Justamente dos nuevas modalidades para los ataques son la cookies zombie y las súper cookies, que son una versión maliciosa esas pequeñas piezas de código que almacenan los sitios webs en los navegadores para mantener las preferencias de uso y mejorar la experiencia del usuario (además de mostrarles publicidad custodiada de acuerdo a sus búsquedas y visitas.
Pero, ¿qué son estos bichos? Básicamente son evoluciones malvadas de las cookies, que se basan en los mismos principios, pero con el añadido de que son sumamente difícil de eliminar, no como las originales que basta ejercer un comando en tu nevegador. Pero aunque son las mismas, no son iguales. Te contamos de cada una.
Cookies zombie
Son habilidosas cookies que aparentan estar eliminadas o «muertas», pero no. Como los muertos vivientes de las series, películas y cómics, estas cookies zombies se encuentran ocultas en el almacenamiento local, en tu historial de navegación y hasta en los códigos de color RGB que maneja el navegador. Estas amenazas silenciosas esperan a que vuelvas a visitar el sitio que las instaló originalmente, entonces las activa todas y empieza a recolectar tus datos.
Super Cookies
Les llaman «súper» porque son tan poderosas, que tienen las capacidad de modificar tu perfil de navegación, remplazándolo por un número identificador único para que el sitio web en cuestión reconozca tu equipo siempre que ingreses. Además esta malandra se mantendrá monitoreando tu actividad de navegación y en caso de que desees eliminarla será restaurada de inmediato, como en el caso de las cookies de Google 69.