Python es uno de esos lenguajes que ya lleva tiempo haciendo mucho ruido. Por ejemplo, en la Facultad de Ciencias de la UNAM por años se enseñó Java, y desde hace algunos años, muchos cursos de programación se han ido hacia Python, pues es un lenguaje más sencillo y natural para aprender. Python es pues un lenguaje para iniciarse en el mundo de programación, siendo un principiante incluso. Y sí, tiene algunas cosas que a algunas personas no le gustan pero en esencia, es muy flexible.
Guido van Rossum, el «benevolente dictador de Python» de por vida, renunció a sus funciones y ahora habrá un grupo de programadores que tomarán esas responsabilidades. Y a pesar de la renuncia de su creador, el lenguaje Python no ha disminuido en su entusiasmo por usarlo (y aprenderlo).
Python ahora ha sido nombrado el lenguaje del año (2018) por el índice TIOBE. Y sí, TIOBE no es la medida más certera que hay sobre los lenguajes de programación, pero claramente está marcando una importante tendencia. Curioso es que en índice TIOBE Python no fue el primer lugar el cual fue para Java, siendo el número 2 el lenguaje C. Python, a pesar de estar en el tercer puesto, obtuvo más puntos qu cualquier otro lenguaje. Es difícil ver cómo Java y C van a ceder sus lugares en el índice, pero la tendencia para el futuro parece reveladora. (vea la línea verde en la gráfica).
En el blog de TIOBE se dice: «Este es el primer lenguaje que se enseña en las universidades hoy día, y es el número uno en el dominio de la estadística, en la programación de Inteligencia Artificial, en scripting y en pruebas para sistemas. Pero más allá de eso, es líder en la programación web y en cómputo científico. Para decirlo pronto: Python está en todas partes».
Otros lenguajes que parecían iban a mantenerse en el gusto de los programadores, como Ruby, bajó del puesto 11 al 18. Pero curiosamente, Rust parece empezar a hacerse de popularidad, y del número 46 al 33. Kotlin, por su parte, que se usa para programar Android, pasó del sitio 39 al 31.
Lo he dicho muchas veces en unocero: vale la pena darle una oportunidad a Python.