Aunque en México el porcentaje de mujeres que trabajan en tecnología sigue siendo bajo, existen varias organizaciones que ofrecen programas para que este sector de la población aprenda a programar y usen la tecnología como un motor para el desarrollo e incluso para salir de situaciones retadoras.
Laboratoria, es una de estas organizaciones. Tras siete años de operar en México, ya han impactado de manera favorable a una comunidad de 2,000 mujeres y más allá de enseñarles código, el objetivo de esta organización es colocar a las postulantes en nuevos trabajos al terminar los 6 meses del bootcamp.
“Nuestro bootcamp ofrece la opción de empleabilidad, queremos que logren tener su primer empleo en tecnología y que el bootcamp se convierta en la mejor fuente de talento tech femenino y que con esto se logre incluso disminuir la brecha de talento que existe en México”, dijo Ofelia Reyes, bootcamp manager de Laboratoria México, en entrevista con Unocero.
Con este patrón de trabajo la organización abrió ya una nueva convocatoria, la cual está abierta ahora y cerrará el próximo 7 de noviembre, para comenzar el entrenamiento el próximo 5 de enero de 2022. Esta será la generación 12 en México, y de acuerdo con Reyes, al ser ya una generación que puede aprovechar los aprendizajes de la pandemia y el trabajo remoto, espera que las egresadas tengan acceso a más posiciones de trabajo y más formas remotas de laborar.
Hasta antes de la pandemia, la tasa de empleabilidad para la comunidad de Laboratoria era de 80% y con la pandemia esta cifra se elevó.
“De las generaciones que egresaron en pandemia nos topamos con que la tasa creció y llegó a estar cerca de 90%, eso quiere decir que si bien sufrimos transformaciones fuertes, las oportunidades en el sector también se abrieron y se les están dando más oportunidades al talento junior”, dijo Reyes.
Para las estudiantes de Laboratoria las restricciones por COVID-19 les abrieron la posibilidad de que se abrieran cursos sin tener que estar en Ciudad de México o Guadalajara, pues antes solo daban programas presenciales en esas entidades, además de que se abrió un fondo para poder ayudar a alumnas que requirieran equipo de cómputo o ayuda para mejorar su conexión a internet.
“Uno de los retos fue resolver que tuvieran una conexión estable a la red o que tuvieran un equipo para conectarse, si bien todavía no podemos llegar a comunidades demasiado apartadas o vulnerables donde no hay internet si tenemos un fondo de apoyo, que nos permite prestar un equipo para que ellas puedan resolver eso o apoyarles para que tengan un mejor acceso a internet”, explicó.
Reyes describe que algunos de los perfiles más claros con los que salen las egresadas del bootcamp son como front end junior, aunque menciona que ahora han visto otros perfiles como como scrum master, calidad testing e incluso back end y se empiezan a abrir las posibilidades también hacia el diseño web y UX.
“La apuesta de Laboratoria sigue siendo más que aprender el lenguaje de programación, abrir sus habilidades y que aprenda a aprender”, dijo.