Si eres de las personas apasionadas del cine que crecieron paseándose en los pasillos de Blockbuster y lamentas que la transición al entretenimiento digital terminara por sepultar a la cadena de renta y venta de películas, te traemos una excelente noticia.
Sandi Harding, la gerente del último Blockbuster del mundo -ubicado en la ciudad de Bend, Oregon, Estados Unidos- decidió darle un giro a la sucursal para ofrecer una experiencia que le recuerde a los clientes las glorias noventeras y de principios de los dosmiles de rentar películas en formato físico.
Los próximos 18, 19 y 20 de septiembre las puertas de la tienda abrirán a amantes del cine organizados en grupos de hasta cuatro personas para que pasen la noche en su interior y tengan acceso a todas la películas del inventario.
La experiencia desde luego tiene por objeto apelar a la nostalgia, pero también es cierto que obedece a la falta de clientela como consecuencia del distanciamiento social.
Al ser de la mano de Airbnb, la tienda será desinfectada a profundidad cada que sea desocupada, de conformidad con el Protocolo de Limpieza Mejorada de la compañía. Además, a los visitantes se les proporcionará un paquete de cubrebocas, toallas desinfectantes y gel antibacterial.
Harding afirma que ha trabajado en esa tienda ininterrumpidamente desde 2004, el año de su pico más alto y el mismo en que Blockbuster tenía miles de sucursales operando a lo largo del globo.
‘He visto los altibajos de este negocio, pero nada puede reemplazar a la experiencia de ir a la tienda con seres queridos, repasar los estantes y encontrar una película que se ajuste al mood del momento’, dice.
Desafortunadamente para los fans de Blockbuster que no vivan en Oregon, las tres noches serán exclusivas para habitantes del condado de Deschutes, pero eso no resta la emoción que contagia esta noticia. Hasta Blockbuster volvió a tuitear después de no hacerlo desde 2014: