Cualquiera que haya intentado solicitar una tarjeta de crédito en bancos tradicionales sabrá que hay muchos requisitos a cubrir para obtenerla, de manera que no todas las personas pueden acceder a una tarjeta y comenzar a tener un buen historial crediticio. Una empresa mexicana busca cambiar eso. Platicamos con una de las fundadoras de Stori, Marlene Garayzar, sobre el enfoque inclusivo de esta fintech.

Garayzar señala que uno de los objetivos de Stori es comenzar a reducir la brecha financiera en México. “Lo que nos movió al crear esta compañía fue dar acceso a más gente a productos financieros de calidad. Este producto es una tarjeta de crédito y la idea es que podamos dar acceso a millones de mexicanos que son rechazados en bancos”.

El funcionamiento de Stori gira alrededor de una app que está disponible en iOS y Android. Desde ahí se solicita el producto financiero, la plataforma hace un análisis de su cliente y valida sus datos personales. A partir de ahí y después de recibir una tarjeta física en su domicilio, usuarias y usuarios pueden usar la aplicación para realizar todos sus movimientos y recibir recomendaciones sobre educación financiera.

“Nosotros analizamos el comportamiento de pago y el uso que la gente hace de la tarjeta para ir determinando cuál es la línea óptima de crédito para cada persona. Hacemos, continuamente, recordatorios a nuestros clientes de cuándo son las fechas de corte: no pagues intereses, paga antes de la fecha de corte para que no te cueste un peso…”.

La app también ofrece un análisis de hábitos de consumo y permite saber cuál es el principal gasto de los usuarios: desde gastos hormiga como café o comida, hasta otros básicos como la despensa en el supermercado. 

La cofundadora de Stori, quien tiene más de 16 años de experiencia en el sector financiero, hace hincapié en el aspecto inclusivo de su producto. Además de tomar en cuenta a quienes no han podido acceder a una tarjeta de crédito por otros medios, da la ventaja a quienes tienen movilidad limitada para que puedan hacer todos sus movimientos bancarios desde un dispositivo móvil. 

Garayzar explica que parte de esta inclusión, además de sus modelos de riesgo, está en su surgimiento que, a diferencia de los bancos, es digital desde su inicio. Esta compañía no tiene sucursales, pues su equivalente está en la app que vive en el dispositivo de cada usuario. “Cuando trasladas los servicios de un banco al teléfono de todas las personas, creas inclusión financiera”, señala. “Millones de personas pueden acceder a los servicios financieros sin tener que trasladarse varios kilómetros a la sucursal más cercana”.

“Tenemos que usar la tecnología en nuestro beneficio”, concluye. “Podemos desarrollar productos financieros que sean convenientes para las personas, y no que las personas tengan que modificar su vida”.

Como parte de cambiar a modelos digitales y colocar el dinero en una cuenta, Garayzar aconseja hacerlo siempre en instituciones supervisadas y autorizadas por la Comisión Nacioal Bancaria y de Valores (CNBV) y la Condusef.