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La ilusión de las apps

Un teléfono moderno tiene acceso a miles de millones de apps. ¿De verdad las necesitamos? ¿Quizás esta saturación nos dice que hay que cambiar el modelo de negocios de las apps telefónicas?

Cuando me hice de un teléfono “inteligente”, descubrí el mundo de las apps, que no son otra cosa que programas para los dispositivos móviles. Primero fue iOS con su iPhone, quien creó este modelo de negocios el cual resultó estupendo en todos sentidos. Como pasa en estos casos, cuando Android empezó a hacerse de mercado, la tienda de apps para Android salió a la luz pública y hoy en día la administra Google, el dueño de Android.

Y entonces ocurrió que mucha gente empezó a escribir apps para las plataformas, incluso algunas que no eran tan populares. Y el mercado creció hasta que probablemente se saturó. Hoy tenemos apps para prácticamente cualquier actividad de los seres humanos y además, salen apps para que los usuarios estén atentos de eventos en particular o sitios web como bien puede ser incluso unocero.

Y entonces, cuando nos hacemos de un teléfono inteligente nos venden la idea de que hay millones y millones de apps que se pueden descargar, pero eso en esencia, aunque es cierto, es parte de la publicidad. Me explico: sí, hay millones y millones de apps, pero una gran cantidad de ellas son francamente tonterías programadas, como la del vaso de cerveza que al principio se ve hasta graciosa, pero después pierde la gracia y entonces la borramos. Otras apps parecen casi necesarias descargarlas, como pueden ser Facebook, Waze, Twitter y YouTube, pero más allá de estos programas, todo lo demás parece ser vanidad.

Las mejores apps para buscar empleo

El punto es que las tiendas de apps parecen haber dejado de ser el nuevo modelo de negocios que haría ricos a los desarrolladores. Sí, hay algunas apps muy populares (como por ejemplo, Angry Birds, que ya nadie juega), que en su momento hicieron mucho dinero pero ahora simplemente “ni pintan”.

Los teléfonos inteligentes ya tienen mucho tiempo con nosotros y en el transcurso de los años hemos aprendido algunas cosas: i. No necesitamos este gigantesco número de apps para que nuestro teléfono sea una herramienta productiva, aunque sí se agradece que existan tantas apps en estas tiendas virtuales (aunque la calidad de las mismas sea muy variable). ii. Hay un conjunto de apps que probablemente se volverán estándar en los teléfonos y que incluso, ya muchas vienen integradas cuando se compra el dispositivo (por ejemplo, Google Maps y GMail si se trata de un teléfono con Android). iii. el mercado -en opinión de quien escribe- parece estar saturado de apps y por ende, en un inicio la gente se hace de las apps que después quizás muchas veces ni usa. Demasiada variedad parece incluso no ser tan bueno como algunos creen. Por otra parte, hay que considerar que muchas apps ocupan mucho espacio de almacenamiento en nuestros teléfonos y en muchas ocasiones usamos este tipo de apps eventualmente. Tantas apps son realmente una ilusión, ¿o me equivoco?

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Como sea, me parece que el mercado de las apps ya requiere de un cambio. Y los artífices del mismo serán los fabricantes de los sistemas operativos móviles, pues son ellos los que controlan la distribución (en general) de estos contenidos digitales.

 

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