¿Quién no ha armado un playlist en Spotify que contiene música triste para poder llorar a gusto? Apostamos a que muchos de ustedes, incluso se podría asegurar que tiene como título el nombre de alguno de sus ex.
A esta lista, se le pueden agregar los temas que un algoritmo detectó como los más tristes, al menos de los que se encuentran en la enorme plataforma de música.
La idea de desarrollar un mecanismo que pudiera buscar y ubicar las melodías que provocan lágrimas en las personas, fue de la misma compañía, ya que querían conocer cuáles eran los temas que evocaban más dolor y melancolía.
Tras analizar las 35 millones de pistas que existen en Spotify, dicho algoritmo seleccionó aquellas que se ajustaban a los lineamientos con los que fue creado, los cuales, según explica la empresa, consistían en la valencia, un término psicológico que se utiliza para clasificar las emociones de manera específica:
“Las pistas con alta valencia, suenan más positivas (por ejemplo, alegres, eufóricas), mientras que las pistas con baja valencia, suenan más negativas (por ejemplo, triste, deprimido, enojado)”.
De acuerdo a ello, la herramienta emitió un puntaje de valencia para cada melodía que está registrada desde 1958, por lo que las canciones seleccionadas datan de ese año en adelante:
Sin embargo, los resultados han provocado cierta inquietud en los usuarios, no por la manera en que los temas los hacen sentir, sino porque no creen que sean lo suficientemente tristes como para encabezar un top cinco.
Ante esta situación, Glenn McDonald, encargado de datos de Spotify, explicó que la selección no depende solamente de las maquinas:
«Es difícil para una máquina saber cuánta nostalgia poseen las canciones, porque no tiene las mismas habilidades humanas con las que se conoce el contexto que rodea a la persona y sus recuerdos. Por eso, siempre es bueno complementar estos estudios con análisis psicológicos y así obtener resultados más precisos».
Esto significa que una maquina realmente no puede determinar la tristeza de una persona, lo que deja entrever que los robots con sentimientos están muy lejos de ser creados.