Stephen Flatley, en la Conferencia Internacional de Ciber Seguridad, en Nueva York, dijo el miércoles pasado que en ejemplo de las dificultades que tienen en su trabajo lo ha realizado Apple, pues ha hecho difícil el romper la seguridad que tiene el teléfono para proteger la privacidad de los dueños. Y de hecho, cambios recientes en el software del iPhone ha hecho más lento el probar contraseñas en el teléfono, lo que significa que la velocidad para probar contraseñas ha disminuido de 45 intentos por segundo a una cada 18 segundo. «De dos días para romper una contraseña ahora se ha ido a dos meses», dijo Flatley.
El conferenciante indica: «¿Hasta que punto hay que intentar algo y cuál es el punto de hacer esto si lo que se está tratando es de evadir la justicia?». En el 2016, el FBI se metió en una batalla legal con Apple después de que la agencia le ordenara a la empresa de la manzana a dar acceso a los datos de un teléfono que era propiedad de uno de los dos sospechosos de haber matado a 14 personas en California en diciembre del 2015.
El FBI eventualmente decidió usar los servicios de un tercero (se supone que fue la empresa israelí Cellebrite), para romper la seguridad del iPhone y hacerse de la información que contenía el teléfono del sospechoso. No se sabe cuánto pagó el FBI por este servicio, pero se estima que fue desde 15 mil dólares a 90 mil.
Flatley piensa que lo que hace Cellebrite, que es trabajar sobre este tipo de tecnologías para sobrepasar la seguridad de un teléfono, es algo bueno y desde luego, probablemente lo está pensando en lo que se refiere a que los malos no se burlen del sistema usando la tecnología.