Una paranoia colectiva se esparce por los usuarios de smartphones en todo el mundo: Nuestros teléfonos inteligentes nos escuchan. La idea de que operadores, redes sociales y compañías de tecnología escuchan nuestras conversaciones privadas a través de los micrófonos de nuestros dispositivos cada vez es tomada más en serio, además de que la evolución del big data y la publicidad programatic, y escándalos como los Facebook-Cambridge Analytica no ayudan nada.
Por si fuera poco, un reportaje reciente publicado por Vice que llevaba por título “Tu teléfono está escuchando y no es paranoia” en el que un reportero aseguraba que las “escuchas” eran reales basado en una experiencia de cinco días, abonó en gran medida a la paranoia.
¿Será cierto? ¿Es posible que en todo momento seamos presa de una perversa escucha para fines comerciales y hasta peores? Un grupo de científicos de la Northeastern University de Boston (la misma que calculó matemáticamente la fuerza bruta de Thanos en Infinity War) decidieron responder a esta pregunta de una vez por todas, así que dedicaron un año completo de sus vidas para conseguirlo.
El equipo de especialistas conformado por Elleen Pan, Jingjing Ren, Martina Lindorfer, Christo Wilson y David Choffnes, utilizó 17.260 aplicaciones de Android para averiguar si alguna de ellas era capaz de utilizar el micrófono de nuestros teléfonos para obtener y grabar audio. Entre las apps que conformaron la muestra estaban miles que pertenecen a Facebook y más de 8,000 que envían información a la red social creada por Mark Zuckerberg y más de 9,000 que tenían permiso para accesar a la cámara.
Y tememos informarle a todos los amigos “conspiracionistas” que nos leen que conclusión a la que llego el equipo es que… NO. No nos están escuchando vía nuestros teléfonos celulares.
Para obtener sus conclusiones los investigadores echaron mano de 10 teléfonos Android y usaron un programa automatizados para interactuar con cada una de las apps estudiadas y analizar el tráfico generado después. Al final no encontraron ninguna evidencia que demuestre que alguna de las app activara espontáneamente el micrófono o enviará audio sin un comando por parte del propietario.