Hace tres años, Apple lanzó con bombos y platillos el iPhone 6S, un modelo que traería mejoras en varios aspectos internos, pues esta vez se le había prestado mayor atención al funcionamiento que a la apariencia y color que tendría el modelo.
En aquel momento, hubo una característica que sonó muy fuerte, porque se consideraba como la principal atracción que tendría el teléfono: el 3D Touch, una función que se había visto previamente en el Apple Watch y que servía para detectar la presión que los usuarios ejercerían sobre la pantalla.
Esto con el fin de ahorrar varios pasos que se necesitaban llevar a cabo para realizar algunas acciones específicas o para simplemente previsualizar el contenido.
Ante esta situación, algunos usuarios lo vieron como algo inservible que no tenía una función real que les pudiera ayudar a iniciar o finalizar una tarea en específico, además de que no detectaba realmente hacia donde se dirigiría la fuerza de los dedos.
La poca eficiencia que le veía el público y el escaso uso de dicha tecnología, pueden ser los culpables de la serie de rumores que han comenzado a esparcirse sobre que el 3D Touch no existirá más en los iPhone que llegarán próximamente.
Lo anterior, sumado a lo complejo y costoso que es llevar a cabo la producción de las pantallas con dicho tipo de tecnología, hace que realmente se crea que no estará presente en uno de los tres nuevos iPhone, después de conocerse los comentarios que emitió Blayne Curtis, analista que trabaja para Barclays.
Curtis explicó que dos de los smartphones cuya gama será alta, lo dejarán de lado para concentrarse en otras características; por lo tanto se cree que el iPhone con pantalla LCD, es el que sí podría incluirlo.
Falta muy poco para saber si realmente se trata del final de una “tecnología novedosa”, pero en dado caso que resulte ser cierto, ¿habrá realmente alguien que extrañe usar el 3D Touch?