Por mucho tiempo ya se ha debatido la posibilidad de que la radiación de los teléfonos celulares pudiese ser responsable de algunos tipos de cáncer y tumores, particularmente en el cerebro. Sin embargo, hasta ahora ningún estudio había sido concluyente en este sentido. Se ha dicho, por ejemplo, que la radiación telefónica es no-ionizante la cual indican, no parece ser dañina, contra la radiación ionizante como la que se ve en los rayos X, las tomografías y las plantas nucleares, entre otras, que se sabe, puede tener evidentes efectos adversos en la salud. Para decirlo en pocas palabras: si la radiación no modifica el ADN, entonces no puede haber mutaciones en las células y por ende, no puede haber cáncer.
Sin embargo, un par de estudios del Programa Nacional de Toxicología de los Estados Unidos, encontró «clara evidencia» que hace ver que la exposición a la radiación causa tumores en el corazón en ratas macho y halló «alguna evidencia» de que esto causa tumores en los cerebros de las ratas machos. Cabe señalar que este programa nacional etiqueta con «clara evidencia», «alguna evidencia», «evidencia equívoca» y «no evidencia» como etiquetas válidas para llegar a conclusiones.
Los tumores se encontraros en ratas hembra, también, pero no fueron suficientes para considerarse significativos a nivel estadístico y en este caso se usó la etiqueta «evidencia equívoca». Esto simplemente quiere decir que los investigadores no pudieron tener suficientes pruebas para asociar la radiación con el cáncer.
Pero una cosa es estudiar las ratas y otra a los humanos. No obstante esto, los artículos fueron remitidos a la US Food and Drug Administration (FDA), quien es responsable de determinar el riesgo en los seres humanos y dar en todo caso una sería de guías al público al respecto. Igualmente, se enviaron los estudios a la Federal Communications Commission (FCC), quien desarrolla las medidas de seguridad para los teléfonos m’viles. La FDA fue parte del grupo de agencias federales que fueron comisionadas para hacer los estudios a principios del año 2000.
Ronald Melnick, el toxicólogo senior quien diseñó los estudios (y quien se retiró de la agencia en el 2009), dice que no ve que en el futuro pueda concluirse lo contrario a los estudios presentados, es decir, sobre que no hay ningún riesgo de usar teléfonos celulares. «No veo ninguna posibilidad de que se llegue a una prueba negativa en estudios futuros», dice Melnick.
El toxicólogo agrega: «Pienso que sería irresponsable no poner indicaciones al público. mantener a una distancia prudente estos dispositivos de los niños. No dormir con su teléfono cerca de su cabeza. Usar audífonos con cables, es algo de lo que deberían recomendar las agencia ahora».
Hay que indicar que cuando se mostró el borrador de los artículos, a principios de este año, todos los resultados fueron «equívocos», lo que significa es que los datos no se consideraron lo suficientemente claros para determinar la radiación y la posibilidad de efectos en la salud. Pero el panel de los siguientes revisores, entre los que estuvieron patólogos de corazón y cerebro, toxicólogos, bioestadísticos e ingenieros, re-evaluaron los datos y actualizaron las conclusiones a «alguna evidencia» y a «evidencia clara».
Este tipo de revisión es una parte vital de cualquier estudio científico y hace que los artículos tengan más rigor. Melnick indica que «cambiar las etiquetas en las conclusiones es algo inusual y esto es muy significativo finalmente». Normalmente los revisores difícilmente cambian su postura y en este caso es algo que hay que tener en cuenta. Tal vez sí, hay suficiente evidencia para pensar que la radiación de los teléfonos no es tan inocente como parece.
Sin embargo, los revisores indicaron que hubiesen querido que los experimentos duraran más tiempo, por ejemplo, poner a las ratas a la exposición a la radiación por dos años, porque se sabe que, mientras más vive un roedor, más propenso es para desarrollar cáncer, con o sin radiación telefónica. Otros revisores hubieran esperado que se disecaran los cerebros de las ratas para así hallar más evidencia física de los tumores en el cerebro de las mismas. No obstante esto, los analistas indicaron que el estudio dista de ser perfecto, pero esto es mejor que nada y que además, finalmente es un estudio dedicado a este polémico tema específicamente.
Los artículos mostraron realmente que, en las ratas machos, hubo «evidencia clara» de que la exposición de la radiación telefónica de los celulares incrementa el riesgo de un extraño tipo de tumor llamado «schwannoma» en los tejidos que conectan los nervios con el corazón. Esto no fue suficientemente significativo en las ratas hembras. También los estudios hallaron «alguna evidencia» de que la radiación causó un tipo de cáncer cerebral en las ratas machos.
Hay, sin embargo, un estudio más sobre la radiación de los celulares en los humanos, el estudio INTERPHONE, el cual se publicó en el 2011 y que se realizó bajo la coordinación de investigadores de 16 instituciones en 13 países. En este estudio se halló que los usuarios que usan con demasiada frecuencia sus teléfonos, son más propensos a este tipo de cáncer cerebral, el mismo que hallaron los estudios anteriormente mencionados. Melnick dice que «hay una concordancia entre los datos humanos y animales», como queriendo decir que esos estudios sí indican una verdad sobre la radiación celular y sus peligros.
Pero hay algunos problemas con los datos del estudio INTERPHONE. Por una parte, se basó en entrevistas a personas que ya tenían cáncer en el cerebro y esto, evidentemente, hace que exista un claro sesgo en la información y las conclusiones. Pero Melnick dice que i existe este sesgo, cómo es posible explicar que se halla encontrado el mismo tipo de cáncer que se encontró en las ratas?
Ahora el siguiente movimiento lo tiene la FDA, quien deberá determinar los riesgos de la radiación celular hacia los humanos y del cómo interpretará esta información.