Este año vimos algunos teléfonos interesantes en el mercado que destacaron por su cámara, pantalla, rendimiento y precio, sin embargo, llevamos varios años esperando que alguno destaque notablemente por su batería, pues es uno de los componentes más importantes de los smartphones y en donde no ha habido tanta innovación, aunque esto puede cambiar en los próximos años con las prometidas baterías de grafeno.
No voy a negar que hay algunos smartphones que me han sorprendido con el rendimiento de su batería, la mayoría han sido de Huawei, pero no es la única compañía que destaca en este campo, sin embargo, no creo que haya más de 3 fabricantes que sobresalgan en este apartado. Sin embargo, una de las cosas que más me han llamado la atención en los más recientes modelos es que la mayoría de las marcas ha apostado por incluir carga inalámbrica en sus dispositivos, trayendo (a mi forma de ver) más desventajas que ventajas al equipo.
En primer lugar, no considero que la tecnología de carga inalámbrica sea necesaria en un smartphone de gama alta, al menos no por ahora, y un smartphone que no la incluya como lo es el Google Pixel 2, el OnePlus 5T o el Huawei Mate 10 no es para realizar críticas a las compañías, pues al menos en el caso de los 2 fabricantes chinos me parece un acierto más que un error.
Incluir un sistema de carga inalámbrica en un teléfono cuesta dinero, no tengo la cifra exacta de cuánto le cueste a los fabricantes incluirla debido a que las empresas no suelen compartir esta información, y porque evidentemente compran al mayoreo, lo que reduce notablemente su costo final. Lo que si puedo asegurar es que incluirlo eleva el precio de los smartphones, y muchas veces es dinero que los usuarios pagan y al cual nunca le sacan provecho.
¿Por qué lo creo? Porque en primera, la carga inalámbrica no iguala a los cargadores de carga rápida, en segunda, no todos los cargadores de carga inalámbrica (valga la redundancia) incluyen la carga rápida, lo que evidentemente obliga a un usuario a buscar uno que si la incluya, de lo contrario la experiencia de uso se merma notablemente.
A pesar de que utilizar esta tecnología es muy sencillo pues basta con colocar el smartphone en la base y listo, el problema es que si tenemos que estar contestando mensajes de WhatsApp, cambiar de canción o darle otro uso mientras se carga tendremos que separarlo de la base, lo que evitará que siga cargándose, algo que nuevamente va a mermar la experiencia de uso.
Por otra parte, la carga inalámbrica es un lujo es los smartphones de gama alta, y debo mencionar que utilizarla constantemente puede afectar la vida útil de la batería, no quiere decir que por usar la carga inalámbrica nuestra batería va a explotar o dejar de funcionar correctamente en poco tiempo, pero es verdad que usar con mucha frecuencia esta tecnología desgasta más la batería que si lo hacemos con el cargador de carga rápida (valga la redundancia).
Es recomendable que si tenemos un smartphone y una base de carga inalámbrica no la usemos todos los días, o sea este el único medio para cargar el teléfono, recomiendo usarla por lo menos 4 veces por semana, considerando que cargamos el teléfono una vez por día.
Yo preferiría que los fabricantes bajaran esos 50 o tal vez 100 dólares por incluir un sistema de carga inalámbrica, esto por supuesto que no afecta el diseño y puede reducir el costo del equipo en beneficio de los usuarios, sin embargo, es algo que no va a pasar, y la gente seguirá haciendo críticas negativas a los smartphones de gama alta que no la incluyan, pero eso ya será la opinión de cada quien.