Los teléfonos flexibles han sido la gran revelación del Mobile World Congress, ya se esperaban desde hace meses, pero ha sido en esta feria donde se han convertido en tendencia, y sobre todo donde se han aclarado muchas dudas entorno a esta tecnología. Incluso, marcas como Huawei o Samsung concuerdan en que los teléfonos flexibles son el futuro de la industria, y en unos años más serán tan populares como los actuales smartphones.
Sin embargo, los teléfonos flexibles con todo y su innovación y gran diseño todavía tienen algunos problemas pendientes que se deben solucionar, claro que esta es la primer generación de este tipo de teléfonos, y como sucede con la tecnología no harán otra cosa sino mejorar, sin embargo, hay que considerar estos detalles antes de comprar uno de estos equipos.
Gran diseño e innovación, pero poca protección
Mientras los smartphones más “comunes” como los S10, los Mate 20, el iPhone XS o demás equipos cada vez presumen de tener una mayor resistencia como una certificación IP68 contra agua y polvo, o bien, cubiertas de cristal Gorilla Glass de quinta o sexta generación tanto en la pantalla como en su cuerpo para resistir caídas y rayones, los smartphones flexibles no tienen ni una ni otra.
Así es, una de las grandes ausencias en teléfonos como el Galaxy Fold o Huawei Mate X es que no cuentan con certificación IP y tampoco con algún tipo de Gorilla Glass.
¿Por qué los teléfonos flexibles no tienen certificación IP? Bueno, es muy simple, todo se debe a su diseño, y es que si ponemos atención en ambos dispositivos podemos ver que tienen un mecanismo que es el encargado de doblar la bisagra, bueno, pues esta es la razón por la cual no pueden garantizar que el equipo se pueda sumergir, pues no pueden sellar esta bisagra de forma que no entre agua o polvo.
Pasa algo muy similar con el cristal Gorilla Glass, no vamos a encontrar una cubierta para la pantalla de este material por la simple razón de que no es flexible, así que no hay forma de que un teléfono flexible pueda estar protegido por Gorilla Glass.
Claro que el hecho de que ambos modelos incluyan una pantalla pOLED (plastic OLED) permite que las caídas no vayan a significar un infarto para los usuarios, pues no parece que vayan a romperse con mucha facilidad, sin embargo, su gran talón de aquiles sí serán los rasguños, pues incluso el vicepresidente de producto global de Motorola, Dan Dery, reveló que esa es la razón por la que Motorola no quiere hacer un teléfono flexible que se doble hacia afuera como el Mate X, pues es más fácil que la pantalla se raye con facilidad.
Como lo mencioné, estos problemas seguramente se irán solventando con el paso del tiempo, pero de momento son elementos que debemos tomar en cuenta antes de comprar uno de estos dispositivos, o bueno, si es que se ponen a la venta en nuestro país y tenemos el capital para hacernos con una de estas unidades.