En el mundo de las tablets la competencia cada vez es mayor, pero es claro que el líder sigue siendo Apple. ¿Cuál es la razón para ello? Probablemente lo acabado de su modelo de negocios. Apple tiene una tienda virtual enorme y hay aplicaciones para todos los gustos y necesidades. Por ello, antes de hacerse de una tablet, hay que pensar qué queremos hacer con ella y qué clase de soporte ofrece el fabricante, y no sólo en garantía, sino en posibilidades de hacerse de aplicaciones para esa plataforma en particular.
Y esto viene a cuento porque el día 13 de junio, Garry Kasparov, el mejor jugador de todos los tiempos probablemente, dio una plática sobre las computadoras, los seres humanos, y del cómo debiésemos usarlas. Ahí habló largo y tendido sobre las tendencias actuales del mundo moderno: gigantescas bases de datos, acceso cada vez más rápido a Internet para hacer un sinfín de búsquedas, y la confianza ciega a las respuestas que da la computadora. Kasparov dio ejemplos de lo mal que estamos encarando en futuro. Por ejemplo, dijo que la NASA tenía menos poder de cómputo en 1969 que su teléfono celular y sin embargo, esta generación hizo los cálculos en equipos finalmente primitivos para los estándares actuales, para llevar a un hombre a la Luna y regresarlo a la Tierra sano y salvo.
Kasparov indicó que él usa un iPad. No le pregunté (porque no tuve la oportunidad de hacerlo), sobre qué aplicaciones tiene descargadas en su tablet, pero seguramente tiene Hiarcs, que es el programa más fuerte que puede conseguirse en esa tablet, amén de Chess Quest, una app que tiene miles de problemas de táctica, que seguramente Kasparov podrá analizar cuando tenga tiempo libre. El punto es que el excampeón mundial habló muy bien del iPad en términos de lo que se puede hacer con esa tablet, aunque no dejó a un lado el punto fundamental de su tesis: necesitamos a aprender a usar estas máquinas para que nos ayuden, no para que no desplacen.
Curiosamente Garry dijo que ésta era la “generación iPad”, y que la facilidad y lo atractivo del hardware llega a convertirse en una necesidad creada, de la cual no necesariamente tiene solamente cosas buenas. Los seres humanos nos estamos acostumbrando, peligrosamente, a hacer caso a todo lo que dice la máquina y eso no puede estar bien. Para hacer su punto más fuerte, el excampeón mundial citó a Picasso: “Los ordenadores son inútiles. Sólo pueden darte respuestas”. Y el punto de Kasparov es ése: la máquina no puede hacerse las preguntas importantes, las que finalmente, a decir del genio de Bakú, son las que generan lo que llamamos creatividad.
Indicó el azerbayano que su mujer ha prohibido a sus hijos usar el iPad de lunes a viernes, y limitar en alguna medida su uso los fines de semana. Está claro para el propio Kasparov que esto suena complicado de hacer en un ambiente donde el cómputo cada vez se vuelve más cotidiano. Sin embargo, apela a los años en que él luchó contra Karpov por el Campeonato del Mundo. Cada contendiente trabajaba para comprender más el ajedrez y no seguir los juicios de la computadora, empezando porque no había computadoras.
Así pues, Garry Kasparov concluye con lo siguiente: Podemos usar las computadoras para resolver problemas como el mandar a un hombre a la Luna o bien, dedicarnos a matar cochinitos lanzando pájaros criminales en el juego Angry Birds. La decisión es nuestra.
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