Cuando hablamos de tecnología olvidamos rápidamente el pasado. ¿Alguien recuerda los teléfonos de hace unos años? ¿Alguien se acuerda cuando las tablets simplemente no existían? Parece que el presente tecnológico borra los avances y los hace tan normales y cotidianos que ya ni siquiera nos asombran las cosas que hacen. Sin embargo, hay un pasado en todo esto y no está de más recordarlo para darnos cuenta de lo asombroso que es el presente.

Por ejemplo, ¿cuánto habría costado producir un iPhone en 1991? Podemos empezar por decir que los teléfonos pueden hacer 13 cosas que antes se tenían que hacer con dispositivos separados: reproductor de música (CD Player), un teléfono, una contestadora telefónica, una videocámara, una cámara fotográfica, un reloj despertador, una televisión, un radio, una calculadora de bolsillo, un consola de videojuegos, un equipo de videoconferencia y un fax/scanner de documentos. Sólo piensen en eso. Es fácil olvidarse del pasado.

Pero vayamos a los precios. En 1991 un gigabyte de almacenamiento costaba 10,000 dólares. Hoy cuesta 4 centavos de dólar Ponerle a un iPhone 5S 32 GB de memoria hubiera costado en ese entonces 1.44 millones de dólares) Por otra parte, el iPhone 5S utiliza el procesador A7 que contiene mil millones de transistores y corre a 1.3 GHz, lo que le da un poder de procesamiento de 20,500 millones de instrucciones por segundo (MIPS). En 1991 el procesador Intel 80486SX tenía 1 millón de transistores a 20MHz, lo que le daba 16.5 MIPS (y costaba 3000 dólares). El procesador del iPhone tiene la friolera de más de 1,000 veces más transistores, esto es, 6500 veces más rápido y procesa 1200 más instrucciones por segundo. Para tener la misma capacidad con el procesador Intel de esa época hubiera sido necesario meter el equivalente a 620 mil dólares de procesadores 80486SX.)

En 1991 un celular usaba señales analógicas y daba a lo más conexiones medidas en kilobits. En 1991 una conexión de datos de alta velocidad ofrecía 1.5 megabits/segundo (Mbps) a 1,000 dólares al mes. Hoy las redes LTE dan 156 Mbps y por WiFi es posible conseguir hasta 100Mbps. Podríamos asumir que el iPhone es al menos 10000 veces más rápido que un celular de 1991. Para dar la misma velocidad del iPhone un celular de esa época hubiera necesitado componentes y servicios equivalentes a  1.5 millones de dólares. Y en este análisis no estamos incluyendo componentes adicionales, algunos de los cuales incluso no existían en esa época, como una pantalla de alta resolución, chips que procesan movimiento, cámaras de 8 megapixeles, sensores de huellas, giroscopios y acelerómetros. Sólo considerando la memoria, el procesador y las comunicaciones de banda ancha, un iPhone hubiera costado en 1991 unos 3.56 millones de dólares

No hay que olvidar un pequeño detalle: en los noventas los componentes necesarios para construir el equivalente a un iPhone no hubieran cabido en la mano, incluso siquiera en un contenedor del tamaño de un refrigerador.

Referencias:

TechPolicyDaily