Así como lo lees, Samsung acaba de presentar el primer Galaxy que no ha sido fabricado por ellos, ¿cómo?, pues de una forma poco usual en la compañía, pero que sin duda puede ser un modelo interesante para lanzar smartphones más económicos que estén diseñados por Samsung.
Así es el nuevo Galaxy A6s, un teléfono de gama media con las siguientes especificaciones:
- Pantalla Super AMOLED de 6 pulgadas.
- Resolución FHD+.
- Procesador Qualcomm Snapdragon 660.
- 6 GB de RAM.
- 64/128 GB de ROM.
- Cámara trasera dual de 12 MP con f/1.8.
- Cámara frontal de 24 MP.
- Batería de 3,300mAh con carga rápida.
- Sensor de huellas trasero y cuerpo de cristal.
Un teléfono que significa mucho para Samsung
Hasta el día de ayer Samsung había diseñado, desarrollado y fabricado todos sus smartphones vendidos en el mercado, pero este sería el primero de su historia en el que la compañía no tiene que ver en el proceso de fabricación, es decir, en el Galaxy A6s la empresa funge como una ODM.
Si no sabes qué es una ODM, pues básicamente significa Original Designer Manufacturer, osea, que es la compañía encargada del diseño. En otros smartphones Samsung es una OEM, Original Equipment Manufacturer, que es la empresa encargada de la fabricación.
Esto a su vez tiene ventajas y desventajas, y una de las desventajas es que al no ser Samsung la empresa detrás de la fabricación podría haber problemas de calidad en el producto, aunque eso simplemente son suposiciones, pues en teoría debería de haber encargados que verifiquen que se cumplen los estándares de calidad en los productos.
Sin embargo, una clara ventaja es que el precio del equipo se podría reducir de manera importante, y prueba de ello es el costo del Galaxy A6s.
Precio y disponibilidad
El equipo comenzará a venderse en China por un precio de 1,799 yuanes, que serían unos 5,050 MXN, esto para la versión de 6 GB de RAM con 64GB de almacenamiento, por lo que vemos que el precio de este equipo es similar al de smartphones fabricados por Xiaomi y Huawei.
Así es como Samsung quiere competir contra estos fabricantes en mercados como China o la India, y es posible que acaben extendiendo esta práctica a Latinoamérica y Europa, mercados que pretenden ser conquistados por las marcas chinas.