Recientemente viajé a San Francisco, Estados Unidos, y en el viaje de regreso a la ciudad de México, un pasajero que estaba al lado mío, tenía su teléfono celular encendido. No me fijé mucho, pero me pareció que estaba involucrado intentando resolver un sudoku. Su concentración era completa a la pantallita de su dispositivo. Las azafatas pasaron un par de veces por el pasillo y nunca le dijeron al pasajero en cuestión que las regulaciones obligan a apagar los aparatos electrónicos al despegar y al aterrizar, pues estos aparatos, siempre nos dijeron, podrían causar conflictos en las comunicaciones del avión.

La realidad es que quizás al inicio de la aviación comercial esto era cierto, pero hoy día parece más bien una costumbre obsoleta pues es claro que si esto fuese cierto ya los terroristas habrían sacado provecho de semejante posibilidad. De hecho, ahora sale una noticia de que las aerolíneas europeas les permitirán a los pasajeros a usar los teléfonos en el vuelo.

El viernes pasado la Agencia de Seguridad Aeronaútica Europea permitió a los pasajeros en los vuelos por cielos europeos el poder usar los teléfonos celulares y dispositivos electrónicos como tablets y consolas personales de videojuegos. Los que regulan estas actividades en los aviones europeos, con sede en Colonia, Alemania, indicaron que los dispositivos electrónicos pueden desde ahora estar conectados todo el viaje sin necesidad de ponerlos en ‘modo avión’. Este es un gran paso hacia la posibilidad de que los pasajeros tenga conexión WiFi o comunicación de sala-a-sala todo el tiempo.

Sin embargo la regulación deja abierta la posibilidad de que cada aerolínea decida que los dispositivos móviles no influyen en las señales del avión. El consejo de los reguladores es que los pasajeros estarán obligados a seguir las instrucciones que se giren en el avión. La seguridad por encima de cualquier otra cosa.

Pero el asunto no parece ser un tema sencillo en los Estados Unidos. Las regulaciones norteamericanas indican que el hablar por teléfono a 30 mil pies podría poner en riesgo la seguridad de la aeronave y que incluso, podría provocar peleas entre los propios pasajeros. Hay de hecho en ocasiones en donde los pasajeros discuten por temas mundanos como la selección de asientos, si están reclinados, o sobre el espacio para colocar las bolsas de mano. La posibilidad del uso de celulares podría escalar estas disputas.

Hablar por teléfono en los aviones norteamericanos sigue estando prohibido y parece ser que el siguiente borrador en las regulaciones busca mantener este asunto sin cambio.

Referencias:

Ars Technica