Las cosas para Twitter se están complicando a un nivel que quizás nadie esperaba. Y es que en medio de una ola de despidos y presiones para aclarar la presencia de bots en su servicio, todo parece indicar que Elon Musk, CEO de Tesla, está por echar abajo el acuerdo de compra que hace unos meses conmocionó al mundo entero.
Vayamos por por partes. Todo parece indicar que el anuncio de compra por parte Musk ha resultado en un tsunami de problemas para Twitter, aún cuando la adquisición no se ha concretado.
Luego de que durante mayo pasado Twitter anunciara que frenaría la contratación de nuevos personal en todas las divisiones argumentando una caída en los ingresos publicitarios y la incertidumbre alrededor de la posible adquisición, ahora Twitter confirmó el cese del 30 por ciento de su división de recursos humanos.
A esto se sumaría la ruptura de diversos contratos con servicios externos de reclutamiento. El reporte de The Wall Street Journal indica que en total serían 100 los trabajadores afectados.
En medio de este escenario, un nuevo reporte indica el acuerdo de Elon Musk para hacerse de Twitter está en «serio peligro», una vez más justificado por las cifras alrededor de las cuentas de spam que a decir del equipo del CEO de Tesla «no son verificables».
En días recientes, Twitter informó que a diario elimina más de un millón de cuentas, lo que para muchos se trataba de una garantía de peso que podría ser considerada por Musk para cerrar definitivamente el trato y terminar con las especulaciones.
La cuerda floja de Twitter
No obstante, tal como indican desde The Washington Post, las pláticas de financiación para cerrar la compra se han caído, luego de las repetidas dudas del empresario sobre la «calidad de negocio» que representa Twitter.
De concretarse las amenazas sobre la suspensión de compra, Elon Musk y Twitter entarían en una batalla legal sin precedentes, en donde nada más y nada menos que mil millones de dólares de compensación estarían en juego.
Con todos estos acontecimientos, queda claro que el escenario para Twitter es cada vez más complejo, toda vez que su potencial nuevo dueño parece ahora ser su peor enemigo.