Tras la compra de Twitter por parte de Elon Musk mucho se ha especulado el camino que seguirá el CEO de Tesla para cumplir su promesa de hacer más rentable la red social.

En un principio, mucho se habló sobre la posibilidad de recortar salarios y puestos de trabajo así como comenzar el cobro por inserción de tweets populares a sitios de terceros.

Twitter lo confirma, está perdiendo usuarios ¿por culpa de Elon Musk?

Aunque nada de esto se ha confirmado, es cierto que Musk parece mantener su cabeza ocupada para encontrar formas de generar más recursos desde Twitter. Su nueva idea propone comenzar a cobrar «un pequeño costo» a ciertos usuarios de la plataforma.

La idea fue divulgada desde la cuenta de Twitter del también CEO de Space:

“En última instancia, la caída de los masones fue regalar sus servicios de corte de piedra por nada. Twitter siempre será gratuito para los usuarios ocasionales, pero tal vez tenga un pequeño costo para los usuarios comerciales/gubernamentales”.

Aunque no cabe duda que esta es una idea tirada al aire (es decir, sin sustento real) por el potencial nuevo dueño de Twitter, lo cierto es que se mantiene en línea con las supuestas sugerencias de Musk a los bancos para hacer rentable la plataforma, en donde se incluían nuevas líneas o herramientas de pago.

Es verdad que no podemos perder de vista que este no es un plan oficial; al final del día sólo es un tweet; sin embargo, la historia reciente ha demostrado que Elon Musk anticipa sus planes desde su cuenta de Twitter. La compra de la red social así como la llegada del botón de edición se dieron tras una serie de publicaciones realizadas por el multimillonario.

Cobrar a las empresas y gobiernos en Twitter ¿viable?

Bajo esta premisa, vale la pena entender que poner en marcha esta idea podría ser más complejo de lo que se piensa.

El punto central a considerar deberá ser la manera en la que Twitter buscaría cobrar ese «pequeño costo»; es decir qué parámetros se tomarían en cuenta para imponer una cuota o bien entender si todos los gobiernos, representantes y grandes empresas pagarían por igual.

Y es que, cuando menos en una primera lectura, sería ilógico que empresas como Coca-Cola pagará la misma tarifa que un negocio local.

Pensar en una determinación de costos solo por número de seguidores también pondría sobre la mesa una competencia poco pareja si consideramos el factor del alcance. Se ha demostrado que cuentas con un número de seguidores modesto pueden tener mayor alcance e impacto que aquellas con una basta lista de followers.

Estas mismas implicaciones deberían considerarse en el caso de los gobiernos y aunque es cierto que todo es especulativo, lo único que es seguro es que los grandes y definitivos cambios en Twitter están apenas por llegar. El botón de edición es solo la punta del iceberg.