Actualmente, las redes sociales ya son parte de la mayoría de nosotros y queramos o no, en algunas ocasiones definen y marcan la vida y personalidad de cada individuo. Cientos de estudios han demostrado que las fotografías que publicamos hablan mucho de nosotros, incluso si no publicamos nada; el caso es que siempre estaremos emitiendo mensajes de nosotros mismos de manera inconsciente hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer.
Casi todos sienten la necesidad de estar publicando cada suceso que experimentan para demostrar que son queridos, protegidos, cultos, rebeldes, interesantes, pseudointelectuales, o hay hasta quienes no publican nada para denotar una personalidad enigmática.
Aunque las redes sociales sean parte de nuestra realidad, lo que vemos reflejado en ellas no necesariamente lo es, pues, de alguna manera, muchos de los usuarios que las utilizan simplemente buscan aparentar vidas perfectas, experiencias inigualables, adquisiciones envidiables, amplios conocimientos sobre el mundo, etc… pero cuando te encuentras con esas personas cara a cara, te das cuenta de que sus vidas no son tan fantásticas como pensabas.
La herramienta nueva que lanzó hace unas semanas la plataforma para reportar a alguien en peligro de suicidio por las imágenes depresivas que comparte, es el claro ejemplo de la personalidad que reflejamos y la importancia que tiene el poner atención a lo que la gente de nuestro entorno plasma.
En lo personal, creo que si alguien verdaderamente fuera a suicidarse, no estaría constantemente anunciándolo o publicando imágenes suicidas; simplemente lo hace y ya. Lo que sí podría estar sucediendo es un grito de atención, un grito por ser querido o un grito por ser tomado en cuenta. Por esta razón, me gustaría hacer un listado de diferentes tipos de personalidades reflejadas en la red social.
En Instagram podemos encontrar a las personas narcisistas que publican constantemente selfies, o fotografías de ellos mismos todo el tiempo, como si fuera una especie de adicción.
También están los impertinentes que se dedican a subir miles de contenidos con spoilers arruinando la estancia placentera y amena en las redes sociales. Es verdaderamente frustrante no haber visto una película, una serie, o qué sé yo, conectarse de manera ingenua a Internet y enterarse de lo que sucede por externos.
De igual manera, en la plataforma podrás encontrar a los «carniceros», aquellos individuos que no publican nada, pero ven un poco de carne y dan like. Es curioso entrar a la sección de actividad de las personas a las que sigues y ver que 20 fotografías likeadas por ellos en tan sólo 5 minutos, son de mujeres despojadas de sus vestimentas.
Por otra parte, en la plataforma podrás también encontrar a los «ausentes», quienes publican imágenes de increíbles paisajes, comida deliciosa, lugares, conciertos, objetos, obras de arte, lo que sea… pero no consideran necesario salir ellos en las fotografías. Ellos ven a Instagram solamente como a una galería de arte.
Hay personas que ven a la plataforma como un recuento de eventos sociales. Fotografías decadentes de fiestas, fotografías en las que no faltan los vasos rojos, o los envases de cerveza. Bien por ellos.
No faltan tampoco los usuarios que se dedican a motivar a sus seguidores con rutinas pesadas de ejercicio. Por lo general, muestran imágenes de ellos mismos en el gimnasio, o resultados del antes y el después.
Otro tipo de persona que aparece en Instagram y que siempre me ha llamado la atención es la «niña mala», la que se dedica a publicar imágenes de ella misma con sus playeras de AC/DC, Iron Maiden o Metallica para demostrar su rudeza y fortaleza ante la vida.
En otra categoría, también podremos encontrar a los usuarios que no publican nada, pero que sí están presentes interactuando. Sabes que existen, pero no muestran nada de su vida (lo que también habla mucho de ellos).
No obstante, no estoy aquí para juzgar, pues yo he caído en cada una de estas categorías y finalmente cada persona hace de su vida lo que le pegue en gana. Los únicos que considero que sí deberían desaparecer son los que publican spoilers. Esos sí no tienen perdón.
No quiero que me malinterpreten. Quizá sí, las redes sociales podrían parecer una realidad de apariencias, banalidades y cuestiones superficiales, pero lamentablemente me parece muy lógico que los usuarios busquen un refugio en ellas. Después de tantas problemáticas socio culturales y políticas, es congruente que en las plataformas virtuales busquemos liberación y tendamos a buscar algo de atención.