Las redes sociales, en particular Facebook, reciclan muchas veces noticias. Se ven, por ejemplo, notas y videos del pasado que se repiten como si fuesen notas actuales. Y las redes sociales nos han mostrado que la gente suele creer lo que les pongan, sin importar que tienen a la mano Google para desmentir la cantidad de mentiras que se replican por muchos usuarios que sin duda, de buena fe, creen en todas estas notas o videos.
Y es que de nuevo se ha anunciado la posibilidad de trasplantar una cabeza humana. Esta idea ha sido anunciada por un cirujano italiano que tenía el plan de ejecutar semejante intervención en el 2013. Pero no se hizo nada. Hoy tenemos la historia reciclada.
Ahora se supone que para diciembre del 2017 se hará este trasplante de cabeza. Y aunque está lejos de ser real, tiene su antecedente. La historia se basa en el trabajo de Sergio Canavero, neurocirujano que desde el 2013 empezó a generar noticias sobre un procedimiento que había diseñado para poder trasplantar una cabeza humana, esto es, poner una cabeza humana sana de un sujeto, con un cuerpo probablemente muy enfermo, al cuerpo de un sujeto sano pero que probablemente tiene muerte cerebral.
Hay muchas argumentaciones contra semejante trasplante, desde las que dicen que el cirujano solamente busca propaganda personal hasta las que mencionan que toda esta idea está totalmente fuera de cualquier ética razonable.
Ahora, por ejemplo, se dice que el cirujano halló a un paciente potencia, el ruso Valery Spiridonov, el cual sufre de atrofia muscular de la espina dorsal en la forma de la enfermedad de Werdnig-Hoffman. En otras ocasiones se han publicado artículos que supuestamente revisan meticulosamente el procedimiento a realizar. Para colmo, las publicaciones científicas serias no han publicado al respecto nada.
Solamente el sitio Surgical Neurology International, que solamente tiene vida en Internet y que no se publica en papel, indica que no existe -dígase lo que se diga- un trasplante exitoso de cualquier tipo inclusive en animales, a pesar de que se menciona (sin probarlo), el haber trasplantado la cabeza de un mono.
Esto es lo que se llama como «ciencia zombi», en donde un pedazo de una vieja investigación sale a la luz nuevamente y se asume como nueva. Una investigación zombi no toma en cuenta la verdad científica, pues. Su única misión es alimentarse de clics, probablemente.
A principios de marzo empezó esta vieja historia a resurgir. Un periódico llamado el Poughkeepsie Journal la publicó y la nueva investigación zombi empezó a difundirse por Internet, llegando a los videos de Facebook, como el que el productor Hashem Al-Ghaili publicó el 24 de marzo y que ya tiene unas 46 millones de vistas.
El autor del artículo del Poughkeepsie Journal, Eric Trump, está escribiendo un libro sobre transplantes de órganos. Él aclara que no hay ninguna información nueva sobre el posible transplante de cabeza, pero que quería de todas maneras escribir sobre esta historia. «Incluso si no ocurre, la posibilidad es intrigante», escribió, «y eso es lo que quería enfatizar», añade.
Cuando Canavero anunció su procedimiento para ser realizado para diciembre del 2017, «preferiblemente alrededor de la navidad debido al simbolismo (de llevar el Cielo a la Tierra)», de acuerdo a lo que dice Eric Trump, notó que el socio del cirujano, el médico chino Xiaoping Ren, ha experimentado con trasplantes de cabezas de ratón pero que no espera que un procedimiento como el que se planea, supuestamente para diciembre de este año pueda realizarse. Probablemente pasarán muchos años para que esto ocurra.
Las noticias más recientes por parte de Canavero son de noviembre del 2016, en donde habla de un «sistema de corte quirúrgico inteligente», que incluye una navaja de diamante y un sistema de realidad virtual diseñado específicamente para el proceso de trasplantar una cabeza.
Ostensiblemente, el plan de Canavero es el mismo: inducir al voluntario a hipotermia a través de una unidad enfriadora, separar la cabeza tanto del donador como del voluntario y cuidadosamente «pegar» ésta en el cuerpo sano. Monitorear entonces los resultados en el paciente sedado antes de que éste sea despertado, asunto que ocurriría muchas semanas después.
Todo esto requeriría de unos 150 cirujanos lo cual implicaría que Canavero debe convencerlos de la posibilidad de esta cirugía. Además de todo lo anterior, el cirujano italiano requeriría de un cuerpo para que la cabeza del voluntario ocupara el lugar de la cabeza de quien hubiese donado el cuerpo.
Quizás todo este asunto, que se ve por una parte espeluznante y por otra, que abre una posibilidad a la técnica quirúrgica más sofistica, nos remite a la historia de Frankestein de alguna manera. Y esto es tal vez lo atractivo de la historia. Sin embargo, podríamos apostar que dicho trasplante de cabeza no se llevará a cabo a fines de diciembre de este año y tal vez esto no pueda ni siquiera plantearse seriamente como una posibilidad real.
Referencias: The Outline