En pleno siglo XXI siguen apareciendo casos de censura, pero no se trata de un individuo o un sector en particular, sino de todo un país que ha decidido cerrarse y poner una barrera en su entorno.
Si la nación que les vino a la mente fue China, están en lo correcto y no es porque hubiera otras opciones, más bien se trata de que su estricto control respecto a la tecnología y los accesos a los medios de comunicación, la hace única en este ramo.
No es un secreto que el territorio chino este total y absolutamente controlado por el gobierno, sin embargo existían cuestiones que no se conocían del todo, tal como lo es la prohibición de algunas empresas y sus respectivos productos en él.
Parecería mentira que el gigante asiático tenga ciertas restricciones en el ámbito tecnológico, porque no es algo que un país en desarrollo haría, pero la realidad es que es cierto y va más allá del simple producto y/o servicio, se trata más bien del contenido y libertad que éstos promueven.
La empresa fue una de las primeras vetadas del país, porque el gobierno consideraba (y hasta la fecha lo sigue haciendo) que la información que brindaban a la sociedad era “dañina” y podría provocar malentendidos con la historia que se le ha inculcado, además del hecho de que se deseaba dejar de favorecer a la industria extranjera, para apoyar más a la local.
De esta manera, es como ninguno de los servicios que ofrece la compañía como la nube, Youtube, correo, calendarios y más, también han sido prohibidos para todas las generaciones.
Resulta lógico que si no hay buscador que dé respuestas sobre lo que sucede en el exterior, tampoco habrá redes sociales que lo puedan viralizar en cuestión de segundos, así que Facebook tampoco está permitido porque además de brindar una distracción, también informan lo que sucede tras las fronteras.
Asimismo permite que los datos de sus ciudadanos queden alojados del otro lado del campo, lo cual está mal visto porque con base en ellos, pueden acceder a demás información que les permita dominar un grupo determinado.
Es el mismo caso que con la anterior red social, ya que la libertad de información y sobre todo de publicación hace que el gobierno se sienta nervioso respecto a ello, porque en ese caso no se podría controlar que es lo que la gente expresa en un sitio, donde miles de personas pueden acceder y leer sin problema.
Además de que Twitter funciona como una herramienta para buscar y rectificar información importante al momento, lo cual provocaría que si se suscita un evento importante fuera del país y que afectará directamente a la población china, no estuvieran enterados ni sabrían qué riesgos pueden correr respecto a ello.
A raíz de las protestas a favor de la democracia que se realizaron en Hong Kong hace cuatro años, China prohibió la plataforma de fotos porque no se desea que haya evidencia de los malestares que pasan los ciudadanos cuando se manifiestan en contra del autoritarismo del gobierno.
Snapchat
El dejar fuera a esta aplicación no fue una elección tomada al azar, ya que se consideró que si no figuraba dentro del mercado, habría oportunidad de crear apps por y para locales, logrando un incremento en la propia economía y una serie de ventajas para la sociedad china.
Bajo la idea de proteccionismo, es como el régimen también ha impedido que los usuarios puedan tener esta app en sus celulares, sin embargo las mismas personas han desarrollado varias copias de él para entretenerse un poco sobre otros temas que no sean política, educación y economía.
Sitios webs eróticos
Aunque en realidad se trata de muchos sitios web, el control que se tiene sobre los que se centran en la pornografía y/o erotismo son sumamente vigilados, porque se consideran una pérdida de tiempo que a corto plazo se traduce en poca generación de trabajo y por ende, ingresos monetarios.
Consolas de videojuegos
Desde el 2000, el ministerio de Cultura chino prohibió las consolas y sus videojuegos, ya que se argumentaba que era un pasatiempo inútil que afectaba a la productividad de las personas, sin embargo en 2014, las cosas cambiaron al permitirse la entrada de estos dispositivos a su mercado, pero de igual manera se les sigue censurado, ya que de vez en cuando las empresas chinas piden que se cambie el diseño del juego o de la portada por ser muy provocadores.
Además de estos medios y redes sociales, también existe control y prohibición de películas extranjeras, libros que puedan criticar el sistema conservador que tiene el país o que ofrezcan una visión más amplia de lo que sucede en el exterior, videos que muestren conductas “inapropiadas” de otros países y hasta casinos.