Los emojis han facilitado la manera de comunicar una idea en texto, y puede considerarse que a veces son los responsables de evitar malentendidos, pues basta utilizar uno de estos íconos para robustecer una intención sin sacarla de contexto.
Se han vuelto una parte integral de nuestra comunicación diaria, y por eso un incidente con ellos puede generar una controversia que altere las dinámicas cotidianas de los usuarios web.
En días pasados, las redes sociales ardieron con la aparición repentina de un emoji que muestra una bandera de orgullo gay encerrada en un círculo de prohibición.
Su primera aparición se registró el 18 de febrero, y de ahí su viralidad en Twitter se ha mantenido constante.
El escándalo desde luego llevó las sospechas hacia Unicode, estándar de codificación de caracteres en el que recae la creación de emojis, y hasta el momento hay elementos para afirmar que nada tiene que ver en la difusión de este ícono anti-LGBT.
Fue el usuario de Twitter @mioog quien llevó la discusión a los medios, diciendo que descubrió el emoji desde hacía más de un mes.
Ha sido tal la magnitud, que Emojipedia a través de sus cuentas oficiales tuvo que salir a declarar que el emoji anti-LGBT de ninguna manera es oficial, y que resulta de un hack mediante el cual se combinan dos íconos preexistentes.
También Twitter dio su propia versión en entrevista con Paper Magazine a través de un portavoz.
“La manera en la que el emoji aparece es por la presentación de Unicode en iOS, y en sí misma no es una violación a nuestras reglas. Sin embargo, si detectamos que un usuario usa este tipo de emoji y tenemos contexto de que es con la intención de avergonzar, degradar o molestar, actuaremos al amparo de nuestras políticas de Conductas de Odio”, dijo.