Microsoft ha puesto a disposición pública una versión de prueba de Windows 8. Aparentemente algunos reportes indican que es muy rápida, muy bien diseñada, funcional, además de ser muy interactiva con el usuario. El problema quizás es con respecto a la parte de seguridad y privacidad del usuario. Veamos…
Windows 8 tiene una nueva característica llamada Windows SmartScreen, la cual está encendida por default. El propósito es precisamente ver cada aplicación que usted quiera instalar desde la red para informarle al usuario si es seguro proceder con esa instalación o no. He aquí como trabaja SmartScreen:
- Usted descarga una aplicación de la red. La que guste o mande. Un juego, un programa de mantenimiento del disco duro, lo que sea.
- Usted abre el instalador. Windows SmartScreen busca información de la aplicación a instalar y manda esos datos a Microsoft.
- Si Microsoft contesta diciendo que la aplicación no está firmada con el certificado apropiado, el usuario obtiene un mensaje de error que dice más o menos así:
(ver imagen que ilustra este artículo)
Hay algunos problemas serios al respecto. La primera gran dificultad es que Windows 8 esté configurado para inmediatamente decirle a Microsoft sobre cada app que el usuario descarga e instala. Esto es un serio problema de privacidad, especialmente porque Microsoft es el punto central de autoridad y recolección de información en este caso y podría ser usado esto en algunos juicios contra personas que hubiesen descargado, presuntamente, software de manera ilegal. También podría usarse para monitorear a usuarios específicos. Esta situación es aún más delicada en países con regímenes dictatoriales o autoritarios.
Pero más grave aún es que en principio es posible interceptar la comunicación de SmartsScreen con Microsoft y así saber sobre cada aplicación descargada e instalada por un usuario.
Así entonces, al momento de escribir esto, esto pone a Microsoft en una situación comprometedora pues podría estar reteniendo información de los usuarios de Windows 8. Para colmo, el usuario jamás es informado de esta situación cuando se instala el producto, a pesar de poder deshabilitar la opción de SmartScreen, aunque viene habilitada de fábrica.
Parece ser claro que la decisión de crear esta opción, SmartScreen, ha sido muy desafortunada, por decir lo menos. Llama la atención que Microsoft no haya considerado los problemas de privacidad que evidentemente iba a contemplar una vez que alguien se diese cuenta del procedimiento utilizado por SmartScreen.
Referencia: Blog de Nadim Kobessi