Un carpintero alemán ha inventado una válvula que dice, revolucionará el control natal, permitiendo al hombre encender o apagar el flujo de esperma desde sus testículos moviendo un pequeño interruptor. Clemens Bimek dijo que la idea se le ocurrió hace unos 20 años, cuando viendo un documental en televisión sobre el tema del control natal, descubrió que no había nada parecido, ni patente alguna al respecto, por lo que desarrollo su propio dispositivo.
«Muchos de los doctores a los que consulté no me tomaron en serio. Pero hubo quienes me incitaron a seguir pensando en esta idea y me ayudaron con su expertez», dice Bimek. El dispositivo prototipo se implantará en una prueba con 25 hombres, para empezar este año. El interruptor tiene una pulgada de largo y pesa menos de una décima de una onza (2.8 gramos, aproximadamente). Se implanta quirúrgicamente en los conductos deferentes, que son esos pequeños tubitos que llevan el esperma desde los testículos y que se cortan cuando se hace una vasectomía. En media hora de intervención, se puede controlar la emisión de esperma con un interruptor desde la piel del escroto.
Bimek es el único hombre que tiene los interruptores implantados, uno para cada testículo. La intervención en su caso se hizo con anestesia local, para que él pudiese dirigir al propio cirujano en la operación. Hartwig Bauer, el urólogo que hizo la intervención, dijo que la válvula es preferible a la vasectomía: «una tercera parte de los pacientes con vasectomía quieren revertirla, pero la operación inversa no siempre funciona», dice. Sin embargo, otros doctores no están muy convencidos de la idea: «implantar la válvula puede causar cicatrices en los conductos deferentes», dice Wolfang Buehmann, vocero de la Asociación Alemana de Urología, «y esto podría prevenir que el esperma fluya incluso cuando la válvula esté abierta». También ha advertido que la válvula puede obstruirse si se mantiene demasiado tiempo cerrada.
La opción suena interesante para el neófito en lo que se refiere a procedimientos médicos, y más aún si se trata de procedimientos para el control de la natalidad. No obstante, esta idea tendría que pasar por todo el protocolo médico de ensayos para ver si es funcional o si es una mera ocurrencia que finalmente debería ser desechada.
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