La tarjeta SD en cuestión tenía fotos de unas vacaciones familiares de algunos bomberos habitantes de la Columbia Británica y por lo tanto Thompson decidió echar mano de las redes sociales y encontrar al dueño para devolverle su colección fotográfica. Para esto, usó Google +.
Esto es un ejemplo más de que todavía hay algún tinte de humanidad en las redes sociales y de que la gente puede tomar un poco de su tiempo para ayudar a alguien que lo necesite, aunque no se conozcan personalmente.
En caso de que te preguntes qué tarjeta SD pudo aguantar tal cantidad de tiempo bajo el agua, se trata de una SanDisk Extreme III 20mb/s de 2 GB, aunque es posible que cualquier otra tarjeta hubiera sobrevivido igualmente.
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