La electrónica moderna hace cosas sorprendentes. Por una parte, actualmente la miniaturización es enorme y los dispositivos que se pueden crear son cada vez más pequeños. Por otra parte, logran efectos como el de la levitación (usando fuerzas magnéticas), el cual hace incluso sorprendente y atractiva la creación electrónica. Donde se supone debería haber cables y no los hay, siempre resulta fascinante y parece en última instancia cuestión de magia.
Para poner a levitar una pequeña bocina, se usa un electroimán, un imán permanente y un sensor de efecto Hall, el cual, de acuerdo a la Wikipedia, siempre tan sabia, nos indica: “Se conoce como efecto Hall a la aparición en el interior de un conductor —por el que circula una corriente en presencia de un campo magnético perpendicular al movimiento de las cargas— de un campo eléctrico por separación de cargas que también es perpendicular al movimiento de las cargas y al campo magnético aplicado y que se denomina campo Hall. Lleva el nombre de su primer modelador, el físico estadounidense Edwin Herbert Hall (1855-1938)”.
Un microcontrolador implementa el sistema, variando la corriente que se manda al electroimán para mantener a la bocina “flotando” en el aire, a la altura que se quiera. La música se transmite de forma inalámbrica a través de la bocina usando un enlace Bluetooth. La bocina necesita su propia carga, la cual se da con una batería de litio-ión, que hay que recargar cada 5 horas de forma manual.
El efecto final es todavía más sorprendente cuando la bocina gira lentamente. Es uno de esos proyectos que hacen alarde de la capacidad electrónica y que sin duda, buscan asombrar.
[vimeo 104450435 w=500 h=281]
Referencias: