La conciencia parece ser parte fundamental de muchos de los seres que viven en la Tierra. Es claro que ser consciente de uno mismo nos hace pensar que hay algo más que recetas de cocina, de algoritmos, de procedimientos aprendidos a través de los años. Darse de cuenta de nuestra propia existencia parece sin embargo eludir a las máquinas. Por ejemplo, una computadora puede jugar al ajedrez mejor que el 99.99% de los seres humanos, pero en el fondo no sabe siquiera que está jugando al ajedrez. Vamos, para decirlo coloquialmente: “no hay nadie en casa”. Por ello, saber que un robot se puede reconocer a sí mismo es quizás la primera parte de lo que podríamos llamar: crear una conciencia. ¿Será?
El robot Nico podría pronto pasar esta prueba, la de reconocerse a sí mismo en un espejo. El robot, desarrollado por investigadores de la Universidad de Yale, será puesto a prueba en los próximos meses. La meta final es que Nico use un espejo y que interprete los objetos que hay alrededor de él, de la misma manera que hacen los seres humanos cuando ven por el espejo retrovisor de un auto, por ejemplo.
“Se trata de una tarea de razonamiento espacial para el robot que debe darse cuenta que su brazo, por decir una parte de Nico, no se encuentra del otro lado del espejo”, indica Justin Hart, el estudiante de doctorado, líder de esta investigación. Hasta el momento el robot ha sido programado para reconocer la reflexión de su brazo, pero en última instancia Hart quiere que Nico pase la pruebas completa del espejo.
La prueba del espejo se desarrolló en los años setentas del siglo pasado y se ha convertido en una prueba clásica sobre la conciencia de uno mismo. Se han hecho pruebas de espejo con animales. A las creaturas se les da tiempo para que se vean en un espejo y entonces se les anestesia y se les pone una marca sin olor, sin posibilidad de ser sentida por el tacto. Así, la reacción de los animales a su reflexión es usada como un medidor de su propia conciencia, basándose si inspecciona la marca en su propio cuerpo.
A la fecha, solamente un par de especies no humanas han pasado esta prueba, incluyendo primates, elefantes y delfines. Los bebés humanos no pueden pasar la prueba hasta que tener unos 18 meses de edad (año y medio, pues). Ahora se ha incrementado el número de científicos interesados en usar pruebas similares en robots, pero nadie ha programado aún un robot para que pueda reconocerse de su propia apariencia solamente.
Un estudio del 2007 mostró a un robot que es capaz de distinguir movimientos en un espejo clasificando pixeles con respecto a quien pudiesen corresponder. Otros estudios posteriores observaron cómo un robot imitaba tareas de otros robots contra la imitación propia en un espejo. Y un estudio más reciente aún puso al robot Qbo que se veía en un espejo y decía: ” este eres tú, Qbo”.
Referencias: ¿Dónde reside la conciencia? y Slashdot